16 de diciembre de 2010

El giro ¿en las telecomunicaciones?

Ayer se aprobó en primera discusión una Ley que, sin duda, marcará una involución en torno a la promoción del acceso y uso de Internet como política prioritaria para el desarrollo cultural, económico, social y político del país, tal y como establece el Decreto 825 del 22 de mayo del año 2000 que, aunque no ha sido derogado, queda prácticamente sin efecto.

Y es que cumplir con los objetivos de ese Decreto, redactado en correspondencia con lo dispuesto por la Ley Orgánica de Telecomunicaciones (LOTEL) que acaba de reformarse, suponía la existencia de un régimen jurídico que garantizara, entre otras cosas, que tanto la explotación de las redes como la prestación de servicios de telecomunicaciones fueran considerados de interés general y no de interés público, como lo establece el "nuevo" texto que lleva al país de vuelta al Reglamento de Telecomunicaciones de 1940, instrumento legal anterior a la LOTEL.

Pasaron nada menos que 60 años para que nuestro país, en sintonía con el desarrollo global de las telecomunicaciones, adecuara su marco jurídico y lo hizo ajustado a preceptos constitucionales plenamente vigentes expresados en los artículos 108 y 110, entre otros.

Uno de los aspectos más celebrados de esa, entonces, novísima Ley, ampliamente consultada por Conatel con las empresas agrupadas en la Cámara de Empresas de Servicios de Telecomunicaciones (CASETEL), fue justamente que abría las puertas a la inversión del sector privado en un área económica que prontamente pasó a ocupar el segundo lugar en importancia después del petróleo. Gracias a sus disposiciones se incrementaron sensiblemente las inversiones en el área y los aportes de ésta al PIB lo que trajo, como lógica consecuencia, que en una década Venezuela pasara de un 3,8% a más de un 35% de conectividad a Internet.

Ahora, con la reforma de la Ley ya aprobada en primera discusión, se establece en el artículo 16 que “El órgano rector, cuando lo estime conveniente y teniendo en consideración el interés público de la Nación, podrá otorgar concesiones a particulares y a las comunidades organizadas para la prestación de los servicios de telecomunicaciones reservados al Estado…” con lo cual, es obvio, pasa a monopolizar en exclusiva -valga la reiteración- la prestación de estos servicios.

Con la re-nacionalización de la CANTV, en el año 2007, Venezuela anunció el giro que se daría en el sector de las telecomunicaciones. A finales del 2010, con la reforma de la Ley, lo concretó. De allí, obviamente, que la inclusión o no de un Punto de Acceso a Internet (NAP, por sus siglas en inglés) perdiera relevancia. En realidad, con el monopolio del carrier (CANTV), que concentra más del 80% del tráfico, éste se hace innecesario. Existe de facto.

En el año 2008 se filtró a la prensa el borrador de una Ley de Telecomunicaciones que finalmente nunca se aprobó. Fue discutido ampliamente entre académicos, empresarios y organizaciones sociales que a través de diversas vías hicieron circular públicamente sus críticas y propuestas. Dos años después, en menos de una semana se da a conocer -y se aprueba- una reforma que cambia, como ya dijimos, las reglas del sector. La importancia del asunto obligaba a un mínimo de transparencia. Al menos si la Constitución, que consagra a la República Bolivariana de Venezuela como una sociedad democrática, participativa y protagónica, conservara algo de vigencia.

Publicado en el Diario de Los Andes, 16/12/2010 y en Código Venezuela
*Hemos corregido una fecha inexacta ofrecida en una primera versión. El reglamento de telecomunicaciones data de 1940 (no de 1936) Es en 1953 cuando el Estado compra la totalidad de las acciones de CANTV, la cual es privatizada en 1991 y re-nacionalizada 16 años después (2007).

14 de diciembre de 2010

Por una Internet de contenido libre

Una vez conocido que los Proyectos de Reforma de la Ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión, así como la Ley Orgánica de Telecomunicaciones, cuyo contenido pretende ser discutido por la Asamblea Nacional, incluyen:

1.- El servicio de Internet y medios electrónicos en las normas de regulación de difusión de mensajes en la Ley Resorte.
2.- La declaración como servicio público, el establecimiento de redes de telecomunicaciones y la prestación de estos servicios, para cuyo ejercicio se requiere la obtención previa de la correspondiente habilitación administrativa en las condiciones que establece la Ley Orgánica de Telecomunicaciones.

Declaramos:

Nos preocupa suponer que el uso de Internet pueda ser considerado por el Estado venezolano como una actividad comparable a la que se deriva de la radio, prensa o televisión. El carácter distribuido, de libre acceso a la información y de intercambio horizontal que promueve Internet ha generado la posibilidad de construir voces alternativas a las impuestas por los medios de comunicación tradicional, sometidas en muchas ocasiones a agendas impuestas tanto por gobiernos de turnos como por intereses empresariales.
Internet ha sido considerada un bastión importante para la organización civil y la participación ciudadana en las democracias contemporáneas, dando paso a una nueva sociedad, la de la información y el conocimiento, planteando así nuevas relaciones del Estado con los ciudadanos.

Entendiendo que:

• Internet es un instrumento necesario para el desarrollo social y el libre acceso al conocimiento.
• Las características del espacio digital no son iguales a las del espectro radioeléctrico. Es inoperante, por ejemplo, regular aspectos como los bloques de horarios.
• Internet se aviene a una facultad inherente al espíritu de libertad de elección para producir y consumir contenidos.
• No existiendo capacidad técnica apropiada en Venezuela para las pretensiones de control de contenidos en Internet, se corre el riesgo de que autoridades públicas actúen de manera discrecional contra páginas e individuos que hacen su vida en la red, limitando la organización civil por esta vía para el ejercicio de la ciudadanía.
• Los códigos normativos, dispuestos por la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), agencia de las Naciones Unidas dedicada a la ordenación de las tecnologías de la información y la comunicación y de la cual Venezuela forma parte, no ha logrado acordar aspectos de regulación de contenidos en Internet. Por lo tanto, no existe referencia internacional para justificar en las legislaciones internas de cada país, el desarrollo de dispositivos jurídicos que persigan el establecimiento de controles sobre los contenidos difundidos por esta vía. Hasta ahora, el acceso del usuario ha quedado totalmente fuera del ámbito de la acción reguladora del Estado en las discusiones internacionales.
• En Venezuela, la Ley de Delitos Informáticos (2001) fija responsabilidades penales a quienes violen la privacidad, obtengan y divulguen fraudulentamente datos personales o cometan ultrajes contra niños y adolescentes. Esta normativa está vigente y cumple en gran medida el propósito de la pretendida reforma de la Ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión, en cuyo objeto de regulación serían incluidos los mensajes transmitidos vía Internet.

Exhortamos a:

• Respetar los acuerdos internacionales y tendencias de regulación estandarizada de los que Venezuela es signataria.
• Excluir Internet de políticas regulatorias que no han sido debatidas abiertamente entre los diferentes sectores de la sociedad, específicamente en el caso de una posible discusión de Reforma de la Ley Resorte.
• Procurar políticas de buen uso de Internet, optimizando capacidades ciudadanas y educativas que promuevan usuarios críticos y capaces de autorregular decisiones en torno a la creación y recepción de contenidos.
• Establecer una comisión nacional de uso de Internet en la que participen diferentes sectores de la sociedad para evaluar impactos negativos o de excesos posibles, para discutir y acordar mecanismos de supervisión que no atenten contra su naturaleza libre y descentralizada, ni limiten la amplia posibilidad para la producción alternativa de contenidos.

Así lo suscribimos, a los trece días del mes de diciembre de 2010.
Si estás de acuerdo, firma la petición on line a la Asamblea Legislativa de Venezuela

10 de diciembre de 2010

DDHH, derecho a la comunicación,
neutralidad de la red y acceso a banda ancha

La comunicación no es solo un derecho fundamental consagrado en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, sino que el derecho a comunicar ––como estableció en 1980 el Informe MacBride de la UNESCO–– es un requisito previo para la realización de otros derechos humanos.

En relación con las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC) es necesario advertir que si bien con ellas se alude a diversos elementos y técnicas utilizados para el tratamiento y la transmisión de información, que incluyen la microelectrónica, la informática y las telecomunicaciones, es la conjunción de estos tres componentes encarnados en la Web lo que merece ser analizado, la menos hoy, cuando se trata de la vigencia y la preservación de las libertades de comunicación y expresión.

En un reciente artículo publicado en la revista Scientific America, Tim Berners-Lee, su creador, advirtió que la Web es ahora más esencial para la libertad de expresión que cualquier otro medio y que sus principios están siendo socavados. En su opinión, la desconexión es una forma de privación de la libertad.

La Web no es sólo un nuevo medio de información y comunicación, sino también la aguja con la que se teje, o el magma del que brota, la Sociedad de la Información; nada menos que un nuevo espacio social de intercambio y relacionamiento del que surgen nuevos problemas y desafíos de difícil comprensión. En nuestra opinión, algunos de los más relevantes son la neutralidad de la red y el acceso universal a la banda ancha.

En la actualidad, una discusión de fondo tiene lugar entre dos sectores visiblemente enfrentados: aquellos que defienden la conservación de una red neutral ––en la que el soporte y el contenido estén claramente separados–– y quienes argumentan que el crecimiento exponencial del tráfico debería conducir al establecimiento de medidas discriminatorias para garantizar la calidad del servicio en caso de congestión.

En cuanto al acceso a Internet se confrontan nuevas formas de discriminación (no otra cosa es la brecha digital) más dinámicas y complejas que las del pasado. Es evidente que la capacidad de transmisión afecta el acceso a los servicios: los que tienen conexiones lentas lo tendrán a aplicaciones sencillas, mientras que aquellos con mejores prestaciones lo tendrán a unas más sofisticadas. De allí la importancia del acceso universal a la banda ancha.

Según revela un estudio muy reciente de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), en Europa y América del Norte más del 30 por ciento de la población tiene acceso a Internet con una velocidad promedio de 30,6 megabits por segundo (Mbps). Por contraste, en América Latina los niveles de penetración de banda ancha (fija y móvil) son inferiores a los promedios mundiales de 8 y 10 por ciento, respectivamente, y la velocidad se ubica en una media de 2,5 Mbps. Esta evidente disparidad pone de relieve no sólo el debilitamiento de nuestros derechos sociales, sino el de comunicarnos libremente.

¿Es necesario legislar para proteger la neutralidad de la red? ¿Es necesario legislar para garantizar el acceso universal a la banda ancha? Este año Chile se convirtió en el primer país del mundo en aprobar un proyecto de ley de Neutralidad de la Red y ya en Perú se discute una iniciativa legislativa que pretende declarar como derecho fundamental el acceso a la banda ancha. ¿Cómo estamos en Venezuela? ¿Hacia dónde vamos?

La ruta a recorrer dependerá, sustancialmente, de políticas de Estado; pero éstas, es bueno subrayar, dependen en buena parte de las demandas ciudadanas. No está de más advertir, como lo ha notado el académico José Luis Orihuela, que una de las consecuencias del caso Wikileaks es que “la neutralidad de la red se ha visto comprometida”. No sólo por el acoso al que ha sido sometido el portal, sino “por el previsible endurecimiento de las políticas de control sobre la red que pueden generarse a partir de este caso”.

Publicado en Código Venezuela

30 de noviembre de 2010

A propósito de las #LluviasVE

Durante los deslaves ocurridos en el estado Vargas en 1999, una incipiente Internet, que había despegado hacía apenas siete años, y contaba con un magro tres por ciento de penetración, demostró tempranamente las ventajas de su correcta utilización en casos de emergencia. Una década después, con una penetración cercana al 35 por ciento y, por ende, con una población con mayor cultura digital, nuevamente se revela como un excelente medio de información y coordinación ciudadana. Más aún cuando a ella ya se le han sumado las potencialidades y facilidades interactivas de la Web 2.0.

Durante las horas más críticas del pasado fin de semana, vista la multiplicación vertiginosa de información a través de Twitter, la misma comunidad de usuarios fue descubriendo la necesidad de organizarla para hacerla más útil y efectiva. En pocas horas, ciudadanos ávidos de recibir, pero también de ofrecer información oportuna acerca de la tragedia ocasionada por las cuantiosas lluvias, crearon la etiqueta #lluviasVe para concentrar los tuits referidos a la grave situación que se vivía desde el Zulia hasta Nueva Esparta.

Menos de 48 horas después, un grupo de emprendedores y activistas de la web social se articularon y, en menos de doce horas, levantaron un portal con un mapa agregador, un sitio dinámico de participación abierta que va organizando los datos (textos y fotos) proporcionados por los usuarios en tiempo real, lo cual lo convierte, de hecho, en una excelente herramienta de monitoreo.

Según se lee en su página principal, para alimentar el sitio LluviasVE el interesado cuenta con diversas opciones de envío: 1) un correo electrónico a la dirección lluviasve@gmail.com, 2) un tuit con la etiqueta #lluviasve y 3) un reporte en la página web. Pero existe una cuarta opción para aquellos a quienes se les dificulte la conexión a la red: el envío de un mensaje de texto al número 212 con la palabra *lluvias, lo cual tiene el costo de un bolívar (más el básico y el IVA). Adicionalmente, cuentan con una página en Facebook y se coordinan en una sala de Skype.

La velocidad con la que se mueve la red, sin embargo, ocasiona siempre algunos ruidos, como el suscitado con la cuenta de Twitter. Como es natural, un tuitero interesado en el tema se apresuró a tomar el usuario @lluviasVE, con el que claramente se identifica el portal que, en consecuencia, se vio impelido a utilizar uno muy similar @Velluvias. Según informan, sin embargo, ya ambos están en contacto y colaborando.

Un detalle importante, según relata uno de sus creadores, el joven computista y profesor de la Universidad Simón Bolívar Héctor Palacios (@hectorpal), es que antes de aparecer en la página, los reportes que llegan son verificados y aprobados para su difusión por un equipo multidisciplinario de voluntarios de distinta formación, un grupo de jóvenes dispuesto a dar parte de su tiempo y conocimientos de manera desinteresada para construir un insumo informativo que puede ser utilizado libremente y sin costo alguno.

El equipo está integrado además por Illiana Muñoz, Iria Puyosa y Jorge Olivares. El grupo de voluntarios son Carolina Martínez, Elisa Totaro, Estefanía Salazar, Francisco Pérez, Guillermo Amador, Hari Offret, Holanda Castro, Magdalena Boersner, Nadia Goncalves, Naky Soto, Raitme Citterio y Yimmi Castillo.

Una de las utilidades que presta el portal, como adelanta Iria Puyosa, es que los periodistas pueden consultar la base de datos para ubicar sucesos noticiosos por categorías o ubicación geográfica; igualmente, hacer panorámicas de la situación con una fácil identificación de los incidentes registrados. Como en la realidad, en la virtualidad la lluvia (de ideas) tampoco cesa.

Publicado en Código Venezuela

25 de noviembre de 2010

Medios al filo de la navaja

Quien se asome desprevenidamente al escenario nacional podría erróneamente pensar que en Venezuela el cerco tendido alrededor de los medios de comunicación social acorrala solo a los radioeléctricos o de mayor proyección. Pero, si bien ha habido hitos notables como el cierre de RCTV en el año 2007 y el retiro de concesiones, dos años después, a 34 emisoras de radio y dos de televisión, a lo largo y ancho del país existen diversos medios que, bien por hacerse eco de las denuncias ciudadanas, o por editorializar de forma crítica, viven al filo de la navaja. Tal es el caso del Diario de Los Andes, que circula en los estados Mérida, Táchira y Trujillo, cuyos propietarios fueron recientemente sometidos al escarnio público durante el programa Aló, Presidente, en medio de los anuncios de expropiación de varios desarrollos urbanísticos.

Durante la transmisión del maratónico dominical, un “invitado”, a cuenta de las denuncias formuladas en contra de la Constructora Cumberland, C.A., empresa perteneciente al grupo Muchacho Hermanos, dueño también del Diario de Los Andes, esgrime uno de los ejemplares del periódico donde se observa una nota editorial y afirma, sin que medien exigibles argumentos, que sus accionistas constituyen una mafia dedicada a explotar a humildes trujillanos y que, en presencia de un gobierno que actúa en beneficio del soberano, se han dedicado a atacarlo con encono. Suerte de guión preconcebido, el Presidente de la República de inmediato interviene para repudiar al medio y sus palabras, por demás lapidarias, “ese es el periódico de la burguesía trujillana”, posteriormente montadas en un formato de propaganda, comienzan a ser transmitidas con inusual frecuencia por emisoras de radio públicas, privadas y comunitarias del Estado Trujillo.

Para algunos trujillanos, al menos para aquellos que siguen el devenir político y atienden los discursos mediáticos con cierta atención, es posible pensar que la ecuación es al revés. Que el gobierno arremete contra el Diario de Los Andes como represalia por su postura crítica y, muy especialmente, por la serie de notas informativas y editoriales que últimamente han venido denunciando manejos turbios de la administración regional, especialmente los relacionados con la compra de un terreno destinado a la construcción de una planta de tratamiento de aguas negras cuya ubicación, en la entrada de la ciudad de Valera, ha generado el rechazo de la población a causa de los malos olores.

En descargo del grupo empresarial, uno de los hermanos Muchacho, como vocero de la constructora, ha utilizado el periódico para hacer un recuento minucioso de las negociaciones realizadas y de los problemas que han atravesado para cumplir con sus obligaciones. Entre otras cosas ha sostenido que el crédito contraído con el Banco Central (hoy Bicentenario) para la ejecución del conjunto residencial bajo escrutinio les fue otorgado con el aval de sus bienes personales, por lo que mal podría pensarse que fraguaban una estafa, y que están buscando las vías para concluirlo manteniendo el precio de venta inicialmente pactado.

Por su parte, el editor del Diario de Los Andes ha afirmado que la mención a sus editoriales en el Aló presidencial, y la posterior campaña de desprestigio desplegada a través de la radio, pone en evidencia que la intervención de la constructora constituye un pase de factura por sus denuncias. La verdad es que no resulta difícil llegar a esa conclusión. Las puntadas son demasiado burdas, demasiado gruesas.

Publicado en Código Venezuela

19 de noviembre de 2010

Sobre la política editorial del DLA


Artículo escrito a propósito del "Aló, Presidente" del pasado 14 de Noviembre en el cual se calificó al Diario de Los Andes (DLA) como el periódico de la burguesía trujillana. Nos guía el interés de dejar al descubierto, con hechos, las falsas apreciaciones que genera la polarización.

Cuando aterricé en Valera con mi título de licenciada en comunicación social casi de estreno, en 1986, lo primero que me sorprendió fue la vocería de un colectivo que empezaba a hacer sentir sus demandas de transformación social, agobiado por las políticas de uno de los gobiernos más nefastos que haya tenido el país.

La llamada ciudad de las Siete Colinas era entonces un laboratorio de pujante organización comunitaria necesitada de espacios de interacción, articulación, proyección y reconocimiento social y el periódico en el que llegaba a trabajar, el Diario de Los Andes (DLA), para sorpresa de quien había sido advertida de las funestas prácticas hegemónicas impuestas por los editores, entendía la atención a este descontento como un asunto de responsabilidad social.

Es así como, gracias al apoyo del Centro de Animación Juvenil, de la Federación de Centros Culturales, coordinada por Alfredo Matheus, y de grupos y personas vinculadas a diversas organizaciones, emprendimos un proyecto que, a la postre, y lo digo con 20 años carrera académica a cuestas, significó algo cardinal en mi formación profesional.

Hablo de Construyamos Juntos, una publicación quincenal de cuatro páginas y personalidad propia, donde se recogían las múltiples y variadas vivencias de los sectores populares que, de manera organizada, trabajaban para superarse a sí mismos y conseguir -gracias a su propio esfuerzo- mejores condiciones de vida para ellos mismos y sus comunidades.

El titular de su primera edición aún resulta inolvidable: Una sola golondrina no llama agua, sabias palabras de una vecina que resumía con ellas la necesidad de dejar de lado el individualismo para actuar de manera organizada. Recuerdo que a esa reunión, en un barrio acosado por los problemas, llegué con una “agenda informativa” que buscaba detectar y poner de relieve las carencias de “la gente”; ésta, sin embargo, se vio trastocada por la pauta que esa noche, durante la celebración de una misa comunitaria, me impusieron los vecinos: hablar de sus logros y de sus proyectos.

Durante varios meses fueron muchos los sectores populares que trajiné y diversas las iniciativas de las que di cuenta. Pero habiendo masticado las teorías de la comunicación alternativa, la idea que nos animaba no era “cubrir la fuente comunitaria”, sino propiciar la valoración de la dimensión comunicativa en el trabajo de organización popular, a través de la elaboración de un periódico hecho por las organizaciones y líderes comunitarios. Sin intermediarios.

Lo que planteábamos era que los “receptores” se convirtieran en “emisores” y que las comunidades populares se involucraran con el periódico, no como espectadoras, sino como protagonistas. De allí que el propósito inicial de una periodista -en solitario- se transformara en el proyecto de un equipo al que se sumaron Zonia Delgado, actual directora de la Escuela Fe y Alegría; el ex coordinador de la Misión Ribas, Pedro Rivero; el profesor Antonio Perdomo, miembro de la Asamblea del Centro de Animación Juvenil, entre otros -entonces- jóvenes emprendedores.

El suplemento, posteriormente coordinado por Zonia Delgado, alcanzó las 200 ediciones y dio origen a la fundación de la Escuela de Comunicadores Populares “Mario Kaplún”, de la que a su vez surgieron publicaciones como El Gañán, en Carache; El Convite, en Mérida; y Retruque, en Maracaibo, entre las que recuerdo.

Por esta experiencia de comunicación comunitaria recibí las dos únicas distinciones que -debo confesar- me han otorgado como periodista: el premio Pedro Malavé Coll, que concede anualmente el DLA al redactor más destacado, y una mención especial del Premio Latinoamericano de Periodismo “José Martí”, auspiciado por la agencia informativa cubana Prensa Latina, cuyo jurado estuvo presidido por el ilustre profesor Héctor Mujica.

Esta experiencia, reeditada por la Red de Reporteros Populares, que anima la Escuela de Liderazgo y Valores bajo la tutela de Roberth Ramírez; y por la Red de Reporteros Juveniles, en alianza con el Centro de Animación Juvenil y la Universidad Valle del Momboy, es un caso atípico. Hasta donde sepamos, en el país no han existido -ni existen- iniciativas como estas, en las que el pueblo organizado consiga un espacio para escribir su propio periódico dentro del periódico, no sólo con el respeto, sino con el respaldo absoluto de su editor.

Hoy nos parece necesario recordarlo pues expone, como ningún otro hecho, lo que ha sido la política editorial del DLA. Sin duda alguna, una de apertura, de escucha. Hoy, cuando todo el sistema de medios, privados, públicos y comunitarios, se encuentra bajo el escrutinio ciudadano, una revisión de estas experiencias puede ayudarnos a avizorar los esfuerzos hechos, y por hacer, a favor de una verdadera democracia informativa.

15 de noviembre de 2010

El año en que tuiteamos en peligro

A principios de este mes fue noticia que el joven estudiante de comunicación social de la Universidad Central de Venezuela Cristian Fuentes, usuario regular del canal @Caracasmetro, herramienta creada para monitorear y hacer contraloría social del servicio, fue “retenido” por sacar fotos en el subterráneo. Según él mismo ha relatado, lo que causó su detención fue la posibilidad de que tuiteara las fotografías. Los agentes de la Policía Nacional Bolivariana -declaró a varios medios- “me dijeron que seguramente iba a tuitear esas fotos. Que yo era uno de los que tuiteaba”.
Que sepamos, @bombiro, alias de Fuentes en la red, es el cuarto tuitero que enfrenta los rigores de la represión en lo que va de año. El ocho de julio pasado autoridades policiales detuvieron a dos personas por estar presuntamente involucradas en la difusión de falsos rumores dirigidos a desestabilizar el sistema bancario nacional. Fueron imputados por el Ministerio Público por la supuesta comisión del delito de difusión de información falsa, de acuerdo con lo previsto en la Ley General de Bancos y Otras Instituciones Financieras, que contempla penas de prisión de nueve a once años. Posteriormente, un Tribunal de Control acordó medidas cautelares, de acuerdo con lo que establece el Código Orgánico Procesal Penal.
Lo curioso de ambos casos es que una de estas personas, Luis Acosta Oxford, al momento de ser detenido contaba con apenas 32 seguidores y había enviado 201 tuites, de los cuales solo uno hacía referencia a la situación bancaria; y la otra, Carmen Cecilia Nares Castro, tenía dos meses suscrita a Twitter y seis seguidores. Luego de ser liberada, Nares pidió un derecho de palabra ante la Comisión de Política Interior, Justicia, Derechos Humanos y Garantías Constitucionales de la Asamblea Nacional para protestar por lo que consideró una arbitrariedad.
De acuerdo con una nota de prensa de la Asamblea Nacional, firmada por la periodista Maritza Villaroel, Castro contó a los diputados que una comisión del CICPC había allanado su casa, pues “al parecer buscaban evidencias que me vincularan con el Twitter”. Precisó que le habían pedido “un BlackBerry con conexión a Internet”, pero que les había entregado el único celular que tenía: un Nokia modelo 6236 dañado. Dijo que habían revisado su computadora así como dos pendrive donde guarda los trabajos del colegio, porque es educadora. En la audiencia informó que era miembro del PSUV y que muchos medios de comunicación la habían llamado para que declarara en contra el Gobierno, pero que ella “no se prestaba para eso”. Su abogado cuestionó severamente a la Fiscalía por no haber realizado las diligencias pertinentes que llevaron a su imputación.
Justo dos meses después, agentes del CICPC detuvieron a un trabajador de Corpoelec, el ingeniero Jesús Majano, de 27 años de edad, por supuestamente haber enviado tuites y publicado imágenes que incitaban al magnicidio. Luego de varias horas de detención acusado de haber instigado al odio público, delito tipificado en el artículo 285 del Código Penal, el tribunal 31 de control le otorgó una medida cautelar de libertad con presentación cada 15 días . El 21 de octubre, en el timeline de @majano23, alias del ingeniero en Twitter, se lee: Estoy libre, pero el juicio sigue y debo presentarme aún… El 13 de noviembre, aparece un saludo cariñoso -vía @caracasmetro- a los 35 detenidos por las protestas: “Suerte, muchachos”.
Publicada en Código Venezuela

13 de noviembre de 2010

En tierra de gracia virtual...

Por fortuna, no faltó quien criticara el primer evento TEDx de carácter nacional que se realiza en Venezuela, el www.tedxtierradegracia.org, que mantuvo ocupado el auditorio Tobías Lasser de la Facultad de Ciencias de la Universidad Central de Venezuelad durante todo el sábado pasado. Acerbo fue el comentario, muy temprano el domingo, del reputado e injustamente maltratado físico computacional Claudio Mendoza, vía Twitter:

Vamos a hablar claro, el equipo técnico y organización del #TEDxTDG fue bien chimbo. Nunca visto en un evento científico. Digno de la 5a!

Y sí, hubo problemas de organización (debió comenzar a las ocho de la mañana y lo hizo dos horas después) y técnicos (presentaciones que no estuvieron a tiro, como la del presidente de Chocolates El Rey, Jorge Redmond; y un streaming irregular, con deficiencias de audio), entre otros previsibles descalabros de un evento realizado con más ganas que recursos.

Digo que la crítica fue afortunada porque nos permitió revisar y valorar los comentarios entusiastas de quienes agradecieron la apertura de un espacio que congregó una parte del mejor hacer venezolano, experiencias positivas y usualmente invisibles, particularmente aquellas surgidas en nuestras “áreas verdes” y en las maltrechas universidades públicas sometidas al acoso y a la sequía presupuestaria.

Entiéndase por áreas verdes a la provincia venezolana, rótulo acuñado por el físico de la Universidad de Los Andes Luis Núñez para ironizar acerca de aquello del monte y culebras en su vehemente charla sobre Mérida, su Alma Mater, y el valioso empeño institucional realizado a favor de la defensa del libre acceso a Internet.

Faltan caracteres para reseñarlas todas, pero resulta pertinente subrayar que más de la mitad de las ponencias correspondieron a profesores e investigadores de las universidades públicas que es donde se produce, como lo afirmó el profesor Benjamin Scharifker, exrector de la Universidad Simón Bolívar también convocado al TEDx, el 76 por ciento de la investigación que se hace en Venezuela. El dato que lo confirma lo recordó, via tuit, la periodista del área científica Acianela Montes de Oca: Estadísticas ONCTI: la mayoría de los investigadores acreditados en el PPI se concentran en 8 #Unive. LUZ, ULA, UCV, USB, UC, UPEL, UDO, UCLA.

No quiero decir que el cuidado de los detalles carezca de importancia. Pero parece que en las actuales circunstancias, más que un funcionamiento de reloj atómico, estamos necesitando -al menos en principio- de este tipo de convocatorias, reales o virtuales, que nos pongan en contacto, aquí, allá y más allá, con lo mejor de nosotros. Porque como concluyó Luis Núñez en su presentación, recordando a Rubén Blades: ‎"Sí se puede Tenemos con qué. Y lo vamos a hacer". Esa parece ser la apasionada consigna de una extraña pero no pequeña porción de venezolanos.

Publicado en Código Venezuela

24 de septiembre de 2010

26S: Cobertura electoral ciudadana

10 de septiembre de 2010

Aterrizar en Valera


Valera tiene buen lejos. Vista desde el aire, o desde Carvajal, luce hermosa. Pero no te acerques, no la recorras. Da lástima. Vergüenza. Miedo.

Gracias a un inexplicable permiso, hienden un enorme mordisco al cerro La Cruz, la única colina, de las siete que le dan nombre, que queda con algo de verde en Valera. Contra toda lógica, instalan un armatoste de hierro en la calle 9 y se entorpece la avenida más importante de la ciudad. Se decreta, de facto, la toma del centro por la llamada economía informal y nos secuestran una parte importante del espacio urbano.

¿Qué más puede pasar? No sabemos. Por lo pronto, se anuncia la construcción de un Hiperpedeval en lo que era el antiguo supermercado Victoria, edificación conocida como El Monumental y que fue diseñada, hace varias décadas, para ser un Centro Cívico. Tal y como lo proyecta el joven arquitecto José Ramón La Cruz, cuya tesis de grado, que ha venido compartiendo con organizaciones de la ciudad, apunta a la recuperación de ese objetivo. Más ahora, cuando la zona se ha convertido en un punto neurálgico de la urbe más importante de Trujillo.

¿Qué dicen los ciudadanos acerca de estas intervenciones, de esos proyectos? Lamentablemente, nada. O, en honor a la verdad, muy poco. Al menos públicamente. Entre dientes, somos muchos los que nos preocupamos. Pero pocos lo que nos ocupamos. Quienes padecemos esta tragedia estamos anestesiados. Un silencio espeso nos cubre. De norte a sur y de este a oeste. Una tenaza invisible nos inmoviliza.

Se deja hacer y se deja pasar y así Valera, que antes ostentó el digno título de “La ciudad más limpia del país”, durante la gestión del doctor Jacobo Senior, se va convirtiendo lentamente, pero sin pausa, en lo que Eladio Muchacho, editor del Diario de Los Andes, ha llamado, en prístino cristiano, un despelote. Un desastre que nos avergüenza y del que, hay que reconocerlo, también somos corresponsables.

Es que estamos todos muy ocupados buscando trabajo, un kilo de azúcar, un litro de aceite o de leche. Nuestras horas las roba el herrero a quien debemos “martillar” a diario para que termine rápido la reja que le encargamos, ahora que a la vecina del cinco se le metieron por el balcón. Estamos todos muy angustiados porque nuestros empleados no consiguen auxilio en el IVSS. Estamos hartos de cazar el camión de la basura. Nos negamos a dejar por varios días las bolsas en el contenedor de afuera porque los recogelatas, que recorren la urbanización por las noches, las abren y dejan los desperdicios regados en las aceras. Nos enfurece tener que reprogramar actividades o devolvernos con nuestras maletas y cancelar compromisos porque el único vuelo (de cuatro que alguna vez hubo) no salió del aeropuerto. Nos deprime recibir las negativas de quienes invitamos a Trujillo. Son muy pocos los dispuestos a aventurarse por unas carreteras llenas de huecos y reductores de velocidad que ponen en peligro sus vidas. Estamos cansados de llevar sol esperando una buseta “no tan destartalada”, hartos de subir y bajar baldes de agua, de soportar apagones. Estamos hasta la coronilla del ruido y de quienes recorren calles y avenidas con equipos de sonido móviles que nos espantan la cordura. Nos causa indignación pasar frente al Ateneo y constatar en qué se ha convertido. Nos conmueven las historias de amigos emprendedores, trabajadores que por años no supieron sino de privaciones y sacrificios, y que hoy ven languidecer sus empresas. Nos resguardamos en casa tempranito, huyéndole -Dios nos libre- a una bala fría. Nos produce estupefacción una campaña electoral francamente abusiva y escasa de ideas. Aquí y en muchos otros rincones del país estamos hastiados de la arbitratriedad, del deterioro del entorno natural y urbano y de los vivianis de siempre.

La golpiza cotidiana que nos propina la realidad nos adormece. Caminamos en modo automático y, así, se nos escapa la ciudad del futuro, la de nuestros jóvenes. La de esas bellas almas que, sin mirar atrás, exhalan con seguridad cuando despegan: “¿Yo?, yo para acá no vuelvo”. ¿Dejamos de ver la ciudad desde las alturas? ¿O aterrizamos en Valera?


4 de agosto de 2010

Conatel: ¿Del timbo al tambo?

De acuerdo con una nota publicada ayer por la agencia oficial de noticias del Estado venezolano (AVN), la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (CONATEL) estará adscrita a la Vicepresidencia de la República, decisión que habría tomado el Presidente de la República, Hugo Chávez Frías, "en consideración de que en este momento las telecomunicaciones son un área estratégica para la democracia venezolana y para la estabilidad política del país", según informó el mismo Vicepresidente Elías Jaua.

De la importancia del organismo regulador de las Telecom no cabe ninguna duda y prueba de que las más altas intancias del gobierno están al tanto de ello son los últimos desplazamientos que ha sufrido esta instancia, un "instituto autónomo, dotado de personalidad jurídica y patrimonio propio e independiente del Fisco Nacional, con autonomía técnica, financiera, organizativa y administrativa" que, de acuerdo con la Ley de Telecomunicaciones vigente (Art. 35), debería ser administrado por el Ministerio de Infraestructura, hoy inexistente.

Según el despacho de la AVN, antes de este anuncio "Conatel era un ente adscrito al Ministerio del Poder Popular para Transporte y las Comunicaciones" (Garcés), pero vale la pena recordar que éste ya había pasado por la tutela del Ministerio para las Telecomunicaciones y la Informática (Jesse Chacón) y, al cese de sus funciones (que fueron asumidas por el de Ciencia, Tecnología e Industrias Intermedias), transferido al de Hábitat y Vivienda (Diosdado Cabello).

Dada la importancia de esta instancia, de los nombres a los cuales se asocia (Chacón> Cabello> Jaua) y la cercanía de las elecciones parlamentarias muchas suspicacias se levantan. Pero más allá de ello, una interrogante mayor nos ocupa: ¿Es legal este vaivén? ¿Puede un organismo clave, como Conatel, andar así, del timbo al tambo?

No está de más contrastar el último párrafo de la nota de prensa de la AVN:

"Esta institución durante los últimos años se ha esforzado por democratizar todo lo relacionado con las telecomunicaciones en el país. Sin embargo, sectores de la contrarrevolución han emprendido una serie de campañas para desprestigiar todas las acciones que se toman desde esta organización en pro de hacer valer el ordenamiento jurídico vigente que, constantemente, es irrespetados por canales y estaciones de radios privadas"

Con las competencias del organismo, establecidas en el artículo 27 de la Ley de Telecom vigente.

1. Dictar las normas y planes técnicos para la promoción, desarrollo y protección de las telecomunicaciones en el espacio geográfico venezolano, de conformidad con esta Ley y demás normas aplicables.
2. Velar por el cumplimiento de las disposiciones de esta Ley, de las leyes que la desarrollen, de los reglamentos y demás actos que dicte la Comisión cuya vigilancia le competa;
3. Coordinar con los organismos nacionales los aspectos técnicos en materia de telecomunicaciones.
4. Proponer al Ejecutivo Nacional la designación de representantes ante organismos internacionales de telecomunicaciones.
5. Ofrecer adecuada y oportuna protección a los usuarios y operadores, cuando ello sea necesario de conformidad con esta Ley;
6. Proponer al Ministro de Infraestructura los planes nacionales de telecomunicaciones, de conformidad con las directrices establecidas en los planes nacionales de desarrollo;
7. Administrar y disponer de su patrimonio de conformidad con las normas legales y reglamentarias aplicables;
8. Administrar, regular y controlar el uso de los recursos limitados utilizados en las telecomunicaciones;
9. Otorgar, revocar y suspender las habilitaciones administrativas y concesiones, salvo cuando ello corresponda al Ministro de Infraestructura de conformidad con esta Ley;
10. Inspeccionar y fiscalizar la instalación, operación y prestación de servicios de telecomunicaciones;
11. Homologar y certificar equipos de telecomunicaciones;
12. Aprobar las Condiciones Generales de los contratos de servicios de telecomunicaciones;
13. Abrir, de oficio o a instancia de parte, sustanciar y decidir los procedimientos administrativos relativos a presuntas infracciones a la ley y los reglamentos, así como aplicar las sanciones previstas en esta Ley e imponer los correctivos a que haya lugar;
14. Dictar medidas preventivas, de oficio o a instancia de los interesados, en el curso de los procedimientos administrativos que se sigan ante ella, cuando así lo requiera el caso concreto;
15. Administrar y realizar todos los actos o actuaciones necesarias para garantizar el cumplimiento de los fines relativos al Fondo de Servicio Universal previsto en esta Ley
16. Evaluar y proponer al Ejecutivo Nacional la aprobación de las tarifas para los diferentes servicios de telecomunicaciones, en los casos establecidos en esta Ley
17. Establecer las unidades de medida que deberán emplear los operadores para el cobro de sus servicios;
18. Fiscalizar, determinar, liquidar y recaudar los recursos de origen tributario, así como percibir directamente los que le correspondan de conformidad con la ley;
19. Requerir de los usuarios y de los operadores de servicios, las informaciones que considere convenientes, relacionadas con materias relativas al ámbito de sus funciones;
20. Procesar, clasificar, resguardar y custodiar el registro y los archivos de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones;
21. Vigilar, evaluar y divulgar el comportamiento de las variables del mercado de las telecomunicaciones y de las estadísticas correspondientes;
22. Coadyuvar en el fomento y la protección de la libre competencia en el sector, en los términos establecidos en esta Ley.
23. Actuar como árbitro en la solución de conflictos que se susciten entre los operadores de servicios, cuando ello sea solicitado por las partes involucradas o ello se derive de la aplicación de la ley;
24. Acreditar peritos en materia de telecomunicaciones;
25. Manejar los equipos y recursos que se le asignen, los que obtenga en el desempeño de sus funciones, y cualquier otro que le corresponda;
26. Ejercer acciones administrativas o judiciales de cualquier índole para la salvaguarda y protección de sus derechos e intereses
27. Presentar el informe anual sobre su gestión al Ministro de Infraestructura;
28. Dictar su reglamento interno, previa consulta con el Ministro de Infraestructura, así como las normas y procedimientos para el funcionamiento de la Comisión;
29. Elaborar el plan único de cuentas para operadores de telecomunicaciones.
30. Ejecutar y velar por el cumplimiento del Plan Nacional de Contingencias para las Telecomunicaciones que dicte el Presidente de la República en Consejo de Ministros, así como los planes que este prevea.
31. Las demás atribuciones que le asigne la ley y las demás normas aplicables.

19 de julio de 2010

Con buen viento y buena mar:
¡Así despegamos!

En el mes de abril del año 2007 , a propósito del inicio de la carrera de comunicación social en el Núcleo de la Universidad de Los Andes en Trujillo, abrimos este blog como una forma de irnos entrenando (de modo práctico, pues las reflexiones sobre el tema pasan de la década) en lo que, intuíamos, sería una responsabilidad en el futuro: el dictado de la cátedra de periodismo digital que se ofrece en el cuarto año .

Tres años más tarde, cuando este grupo de jóvenes ingresa al último tramo de su formación profesional, comenzamos las actividades de la cátedra con la realización de un encuentro con el que quisimos poner de relieve lo que, en nuestra opinión, luce más interesante de toda la serie de cambios que ha traído la invención de la Internet para la prensa y el oficio periodístico: el protagonismo de las audiencias, el surgimiento de los nuevos infociudadanos.

Las impresiones de lo que se conversó en un día de intenso intercambio, durante el encuentro Medios digitales, redes y ciudadanía, está disponible aquí abajito. ¡Gracias a todos los que hicieron posible esta conversación!

Blog de Alfredo Zambrano, fotógrafo oficial de la ULA en Trujillo y estudiante de la cátedra.


Blog de Ariana Briceño, también del grupo de pichones :-)

Reseña de José Rojas, periodista de la fuente comunitaria del Diario de Los Andes

Y un par de extras muy importantes: las entrevistas a Moraima Guanipa y Luis Carlos Díaz, conferencistas del evento, realizadas por el periodista Amílcar Trejo del Diario de Los Andes.

13 de junio de 2010

Aviso a los navegantes: ¡zarpa el barco!

A los estudiantes de periodismo digital: tómense estas líneas como mensaje de bienvenida. Espero que el viaje sea grato. Con buen viento y buena mar. Nos estamos viendo en el laboratorio el próximo martes, 15 de junio, a las 8 AM.

Desde ya nos preparamos para celebrar un aniversario más de la fundación de la ULA en Trujillo, el miércoles 23 ; la Semana del Periodista, que arranca el viernes 18, y el inicio del 4to. año de la carrera de Comunicación Social.

Tendremos muchas actividades, entre ellas este encuentro Medios digitales, redes y ciudadanía, con el que proponemos un diálogo sobre la formación de periodistas en y para la era digital.

¡Vamos en góndola, pues!

10 de mayo de 2010

Rafael Cadenas: Una voz sin prisa


Cierro tres ventanas para escribir esta nota. Apenas unas breves líneas. Las palabras justas para hablar de una espera sin prisa. El miércoles pasado Rafael Cadenas estuvo en nuestra casa, la de Carmona, para inaugurar la Cátedra Libre de la Lengua que lleva su nombre, feliz iniciativa de la carrera de Comunicación Social de la Universidad de Los Andes en Trujillo. El jueves, el propio escritor protagonizó la primera actividad de ésta: un recital de su poesía.

Fue una tarde insólita, en la que una forzada oscuridad se prestó para alumbrar una voz sin apremio, al menos no el marcado por el tiempo. Antes de la lectura, que duró más de una hora e incluyó un magro y afilado cuaderno de brevísimos poemas aún inéditos, fuimos a encontrarlo en el hotel. El día anterior, durante el acto protocolar de apertura, le habíamos pedido a su anfitrión, el profesor Aníbal Rodíguez Silva, que nos procurara una entrevista con él lejos del ruido, del bello enjambre de estudiantes que se empeñaban, creo que para su deleite, en rodearlo como una estrella de rock.

Mientras lo esperaba en el lobby, repasé las pocas preguntas -que llevé mecanografiadas- con el siguiente preámbulo incluido: Coincido con usted en que la entrevista es un trabajo que debería realizarse sin urgencias y comprendo perfectamente su desconfianza (en sí mismo, ha dicho) en quien hace el vano esfuerzo de captar lo expresado por el otro (agrego). Por ello agradezco su disposición a conversar conmigo sobre algunos asuntos que me inquietan.

Luego de presentarme y saludarlo, ya sentados en una mesa de madera, amplia y redonda, ubicada frente a una montaña imponente y pródiga, leo ese párrafo de un tirón, sin verlo a él siquiera. Cuando alzo la vista consigo sus ojos detenidos en el papel y noto un gesto que interpreto de solicitud. Le entrego la cuartilla que lee muy lentamente.

Señala la primera pregunta y desliza: esta cuestión muy es importante, pero prefiero llevarme el cuestionario y responderle luego, por escrito. De seguidas me advierte que tiene otra entrevista a medio camino, requerida por una periodista de un diario de Caracas.

Entiendo perfectamente, le digo. He leído este libro (señalo el compendio de sus entrevistas publicado en el año 2000 por la editorial La Oruga Luminosa) y sé lo que opina del periodismo y de los estragos que puede causar un oficio sometido a los rigores de la inmediatez. Además, agrego, no siempre la persona tiene la disposición de responder. O no puede, añade él.

Me pide que le escriba mi dirección de correo en el folio que le he entregado. Lo hago y la deletrea. Se asegura de entenderla cabalmente y, sin doblarlo, guarda el papel en su maletín de cuero color ocre. Nos levantamos y caminamos de regreso hacia el vestíbulo, ya de salida. Había quedado con Aníbal en llevarlo del hotel al auditorio donde se realizaría el recital. Me pide que lo espere un momento, pues ha dejado olvidado un libro en su habitación. Ya de regreso, rumbo al estacionamiento, se detiene frente a un amplio espejo y se acomoda el cabello sobre la frente. Nuestras miradas se sorprenden allí.

¿Cuáles preguntas responderá? ¿Cuándo?

El no tiene prisa. Yo tampoco.

Fotografía: Alfredo Cedeño.
Publicado en el Diario de Los Andes

3 de mayo de 2010

Rafael Cadenas en Trujillo

Este miércoles cinco de mayo a las seis y media de la tarde, con la presencia del escritor, quien ofrecerá la lección inaugural, se instala en la casa de Carmona de la Universidad de Los Andes en Trujillo la Cátedra Libre de la Lengua "Rafael Cadenas". Este espacio académico, orientado a cultivar la reflexión sobre los problemas del lenguaje, es coordinado por el también poeta y ensayista Aníbal Rodríguez, investigador con obra publicada sobre Cadenas.
Esta jornada de apertura, que se extiende hasta el día jueves, incluye un extenso recital de quien es considerado el poeta vivo más importante del país y fuera recientemente galardonado con el Premio Internacional Juan Rulfo.
Las actividades de la cátedra, iniciativa de la carrera de Comunicación Social coordinada por la periodista Teresita Jiménez, continuarán a lo largo del año con un taller de crónica, ofrecido por la reconocida escritora Milagros Socorro; un seminario sobre la enseñanza de la lengua, dictado por el doctor Enrique Obediente; y un curso de realización de guiones audiovisuales conducido por Alberto Barrera Tyska, destacado escritor y guionista de TV.

Ars poética

Que cada palabra lleve lo que dice.
Que sea como el temblor que la sostiene.
Que se mantenga como un latido.

No he de proferir adornada falsedad ni poner tinta
dudosa
ni añadir brillos a lo que no es.
Esto me obliga a oírme. Pero estamos aquí para decir
verdad.
Seamos reales.
Quiero exactitudes aterradoras.
Tiemblo cuando creo que me falsifico. Debo llevar en peso
mis palabras. Me poseen tanto como yo a ellas.

Si no veo bien, dime tú, tú que me conoces, mi mentira,
señálame la impostura, restriégame la estafa.
Te lo agradeceré, en serio. Enloquezco por corresponderme.
Sé mi ojo, espérame en la noche y divísame, escrútame,
sacúdeme.

Rafael Cadenas
En "Intemperie", Ediciones de la ULA. Colección El Ciervo Vulnerado. Mérida, 1977.

13 de abril de 2010

Y...¿qué nombre le pondremos?

Días atrás la nota había circulado por las redes. El gobierno lanzaría un programa de "formación", dirigido a jóvenes liceístas caraqueños, que apuntaba (nunca mejor utilizado el término) a la conformación de unos supuestos comandos de guerrilla comunicacional.

Al principio, debo confesar,no lo tomé en serio. La iniciativa, en sí misma, albergaba una grave contradicción. Comenzando por el nombre. ¿A quién se le ocurre? ¿Un Estado, un gobierno, alentando guerrillas? Por otro lado, pensar en comandos de inmediato nos lleva a términos como propaganda, adoctrinamiento... y nada más lejos de ello que la formación. En fin que, sin profundizar mucho, dejamos de prestarle atención al asunto.

Hasta que ayer, a partir de una nota de Jessica Carrillo publicada en el diario Tal Cual, donde señala la existencia de unos videos que recogen parte del proceso en el que han sido involucrados 75 jóvenes venezolanos, calibré, con estupor y dolor, la gravedad del asunto.

En uno de éstos, como describe Naky Soto en su blog uno de los "mentores" de estos niños, que lleva puesta una franela con la imagen del terrorista Ilich Ramírez Sánchez, conocido como Carlos "El Chacal", declara la verdadera intención de esta iniciativa "...la educación media ha sido olvidada tradicionalmente, y la derecha sí cuenta con herramientas en todos los ámbitos para captarlos a ellos. Entonces se hace necesario que nosotros les salgamos adelante y le piquemos esas intencionalidades que tienen ellos con nuestros jóvenes, y bueno, por eso estamos realizando esto".

Ya en la tarde, la transmisión del acto de juramentación de los muchachos, en abierta violación de la Ley Orgánica de Educación vigente, no dejará lugar a ninguna duda acerca de lo que se persigue con este programa que, de acuerdo con las declaraciones del ministro Héctor Navarro, se extenderá a 25 liceos más del Distrito Capital.

A uno, que ha estado invlucrado por largos años en procesos de formación de niños y adolescentes, frente a tal avasalllamiento del poder sólo le resta confiar en la pureza de los sueños juveniles, esos que se descubren de pronto y revelan que por donde menos se espera salta la liebre.

@Lady Carolina

La adolescente se sienta frente al computador y sigue atenta, pero muy lentamente, las instrucciones del profesor. Se nota que ni el teclado ni el ratón le son familiares. Los gestos de sus manos son torpes, pero no claudica en el empeño. Dedo a dedo. Letra a letra. Llega a la pantalla que le pide el login y allí queda desconcertada. Se les había informado que debían tener y saber manejar una dirección electrónica. Me le acerco y la interrogo directa, pero discretamente: ¿tienes cuenta de correo? Me hurta la mirada y con voz muy baja responde: ¿qué es eso? Se lo explico brevemente y, como ya lo sospechaba, me dice que no, que no tiene. ¿Y por qué no lo advertiste? Porque me dio pena y porque quería mucho hacer este curso. Querer es suficiente. No inquiero más y me dispongo a ayudarla a abrir su cuenta en gmail. Despacito, se van juntando las letras en el recuadro hasta completar nombre y apellido. Cuando llegamos al registro le pregunto. A ver, ¿cómo te quieres llamar tú? Me mira con una sonrisa de oreja a oreja como si hubiera estado esperando esa pregunta desde el día en que se descubrió como Carmen Ramona: “Ladys Carolina”, responde sin titubear y feliz, muy feliz. Y así, afortunadamente, como otras muchas veces, descubro y compruebo que cada taller de éstos trae consigo una alegría insospechada. El logro de un sueño. De algo imaginario.


Foto: Los niñ@s del periódico escolar La Candelita, de la escuela Francisco Javier Urbina de Flor de Patria. Experiencia animada por mis tesistas Flor Mogollón y Dayana Salas, y la maestra Mercedes Pena.