Vista del barrio El Milagro de Valera
Así que luego de "coger mínimo”, creo que en las escasas horas que quedan por delante nos toca un trabajo de boca a oreja, de motivación para ir a votar. Tú sabes a quiénes me refiero cuando hablo de sensibilizar hacia el sufragio. No a la gente del "comando de la resistencia", que afortunadamente cambió de posición, sino al ciudadano común y silvestre, de a pie, como la señora que nos ayuda con la limpieza del edificio, el que hace la jardinería en el parque donde vamos a caminar por las mañanas, el que nos alquila la lavadora.
Ayer recibí otro correo de mi amigo Luis. Esta vez quiere saber sobre "las acciones" de última hora, tan cerca ya del día del referendo. ¿Qué van a hacer?, pregunta. He visto las encuestas –añade– y parece que gana el NO…
¿Que qué vamos a hacer?, Lo primero, Luis, bajar el copete. Sí, cómo no, algunas encuestadoras muestran que mientras baja la abstención la opción por el No va creciendo, y todos los grupos, incluso los abstencionistas, están llamando a votar; pero ninguna ha vaticinado que los resultados serán holgados. Nadie puede cantar victoria de antemano. La cosa, predicen, va a ser por una nariz. ¿Te imaginas lo que eso significa en medio de este clima de crispación? Mi ánimo es de esperanza asustada. ¿Me explico?
¿Que qué vamos a hacer?, Lo primero, Luis, bajar el copete. Sí, cómo no, algunas encuestadoras muestran que mientras baja la abstención la opción por el No va creciendo, y todos los grupos, incluso los abstencionistas, están llamando a votar; pero ninguna ha vaticinado que los resultados serán holgados. Nadie puede cantar victoria de antemano. La cosa, predicen, va a ser por una nariz. ¿Te imaginas lo que eso significa en medio de este clima de crispación? Mi ánimo es de esperanza asustada. ¿Me explico?
Así que luego de "coger mínimo”, creo que en las escasas horas que quedan por delante nos toca un trabajo de boca a oreja, de motivación para ir a votar. Tú sabes a quiénes me refiero cuando hablo de sensibilizar hacia el sufragio. No a la gente del "comando de la resistencia", que afortunadamente cambió de posición, sino al ciudadano común y silvestre, de a pie, como la señora que nos ayuda con la limpieza del edificio, el que hace la jardinería en el parque donde vamos a caminar por las mañanas, el que nos alquila la lavadora.
A quien veo indeciso, entre movilizarse o no, es al venezolano sencillo, ese ser batallador, afanoso, el que hace su cola bien temprano en la parada y aborda una camionetica toda desperolada en busca de la arepa. En él respira -más bien resolpa en estos días- un país que me luce invisible, un país harto, hasta la coronilla, que no consigue razones para acompañar militantemente una propuesta (entre otras cosas porque no la hay, algo grave sin duda), y sufre más que cualquier otro el desmadre en que se nos ha convertido esta tierra de gracia. Este venezolano quiere cambios. Muchos y profundos. Creo que, si se decidiera a votar, pudiera marcar una diferencia. ¿Lo hará?
A mí me alientan los comentarios del señor Héctor, decidido a votar esta vez –fíjate tú–, no en contra de un gobierno con vocación totalitaria (él, confiesa, de política nada sabe), sino de un desespero que lo mantiene en vilo, mortificado. "Lo que uno quiere es que se calmen los pleitos, que atajen a los malandros, que haya trabajo estable", me confió hace un par de días. O los de Gladys, cuya familia en pleno votó por Chávez y sus propuestas hasta el 2000, “pero esta vez sí que no, porque no hemos visto que esto mejora”. ¿Cuántos como ellos? Para mí, que son muchos. De aquí, de allá y de poracullá.
También me reconfortaron los últimos gestos, nada simbólicos, de los estudiantes. Se me arrugó el hígado cuando dijeron que marcharían hacia Miraflores. Afortunadamente, recapacitaron. Tampoco hicieron punto de honor la cuestión del cierre de campaña y se la vacilaron. ¿No nos dejan el viernes?, pues le damos el jueves, dijeron. Y cumplieron. No comieron casquillo, pues, y la fiesta terminó en paz. Para pelear, como decía mi abuela Cirelena, se necesitan dos. Y es a las peleas, sobre todo a eso, al clima de permanente confrontación y diatriba, a lo que los venezolanos, en cambote, le estamos diciendo que no. Que ya está bueno de tanta camorra, que así, dividido, ningún país echa pa´lante.
Me impresionó también la sensata reacción del chamo que ganó la presidencia de la FCU en la UCV. Ante la pregunta de un periodista, que comenzó con un comentario acerca de la “mayoría de la oposición”, brincó como un conejo asustado. No, no... cantó con clara e inteligible voz (aunque habla como atropelladito): la oposición no es mayoría. La mayoría es el NO y en eso coincidimos opositores y chavistas. Qué distinto este talante al de una señora que estaba hoy a las 8 de la mañana, en el acto de instalación de las mesas, recogiendo firmas para el revocatorio "que estamos listos para activar en el supuesto negado de que perdamos". ¡Por favor!
También me reconfortaron los últimos gestos, nada simbólicos, de los estudiantes. Se me arrugó el hígado cuando dijeron que marcharían hacia Miraflores. Afortunadamente, recapacitaron. Tampoco hicieron punto de honor la cuestión del cierre de campaña y se la vacilaron. ¿No nos dejan el viernes?, pues le damos el jueves, dijeron. Y cumplieron. No comieron casquillo, pues, y la fiesta terminó en paz. Para pelear, como decía mi abuela Cirelena, se necesitan dos. Y es a las peleas, sobre todo a eso, al clima de permanente confrontación y diatriba, a lo que los venezolanos, en cambote, le estamos diciendo que no. Que ya está bueno de tanta camorra, que así, dividido, ningún país echa pa´lante.
Me impresionó también la sensata reacción del chamo que ganó la presidencia de la FCU en la UCV. Ante la pregunta de un periodista, que comenzó con un comentario acerca de la “mayoría de la oposición”, brincó como un conejo asustado. No, no... cantó con clara e inteligible voz (aunque habla como atropelladito): la oposición no es mayoría. La mayoría es el NO y en eso coincidimos opositores y chavistas. Qué distinto este talante al de una señora que estaba hoy a las 8 de la mañana, en el acto de instalación de las mesas, recogiendo firmas para el revocatorio "que estamos listos para activar en el supuesto negado de que perdamos". ¡Por favor!
Pienso que el domingo, y de allí para adelante todos los días que vengan, la gente de a pie, los "señor Héctor", las “señora Gladys” deberían formar parte de un nosotros que es necesario construir. Digo, si es que de verdad hablamos de democracia, de un país sin graves desigualdades, con oportunidades para todos y no de seguir cultivando la descomposición social y el atraso. El atraso al que irremediablemente conduce el poder insaciable y excluyente de una élite, de un cogollo, cualquiera sea su color.
Por lo pronto, hasta el 2-D estaremos motivando a quienes sintamos remolones. Hasta el último minuto. Después, vamos (en mi caso) a trabajar en una mesa y a velar porque se respete eso que llaman la "voluntad popular". ¿Estará de más agregar cualquiera que ésta sea? Al cierre, esperaremos tranquilamente los resultados. Como dice mi amiga MG, toca andar "con pies de plomo, pues, para evitar que el plomo nos alcance hasta la cabeza".
Creo que en las colas tocará guapear, respirar profundo y contar quién sabe si hasta mil. Me temo que este domingo no será distinto al del referendo revocatorio del 2004, cuando los pendejos hicimos filas durante horas, mientras los groseros operativos del sector oficial, con la eficiencia que asegura el acceso a todo tipo de recursos, introducían votantes por camionadas (y el término es literal).
Creo que en las colas tocará guapear, respirar profundo y contar quién sabe si hasta mil. Me temo que este domingo no será distinto al del referendo revocatorio del 2004, cuando los pendejos hicimos filas durante horas, mientras los groseros operativos del sector oficial, con la eficiencia que asegura el acceso a todo tipo de recursos, introducían votantes por camionadas (y el término es literal).
Pase lo que pase este domingo, hay que seguir trabajando para darnos un mejor país. La consigna, si acaso hay alguna, es seguir adelante, sin atajos y poco a poco, porque hay prisa. En un año algo se ha avanzado. ¿No te parece?
Seguimos en contacto,
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Raisa
4 comentarios:
Me sorprende que no haya habido un comentario para tu mensaje... Me siento reconfortado por la ecuanimidad con que te expresas. Suscribo plenamente la idea de que ese "NO" pertenece a todos los que no queremos renunciar a la posibilidad de elegir, independientemente de que sintamos o no la experiencia religiosa de los seguidores de proponente de la refoma.
Gracias por tu mensaje, Darwin, me alegra que te transmita ecuanimidad. Eso, creo, necesitamos.
Saludos,
R
Saludos desde Boconó, me alegra ver que en Trujillo esta creciendo la blogosfera. Date una vuelta por mi blog Variedad.
http://wwwalbertocardenas.blogspot.com/
Saludos!!!
LA VERDAD ES Q T FELICITO COMO ESCRITORA TIENES BUENA PLUMA LASTIMA Q ESTES SESGADA Y ADEMAS IGNORES LA REALIDAD O SIMPLEMENTE NO ERES DE PENSAMIENTO SOCIALSITA NI COMPARTAS LAS MEGAS BONDADES DEL SOCIALISMO DEL DIGLO xxi
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