12 de septiembre de 2008

¡Bip Bip!

La señora Gladys llegó tarde esta mañana, más de lo que había anunciado al despedirse el viernes pasado. Tenía una cita en el seguro para hacerse una mamografía y a pesar de haberse levantado a cinco de la mañana para estar allá bien temprano y hacer la cola de rigor, apenas a las 10 les avisaron que el aparato estaba dañado. "Cuando no es pascua en diciembre", se queja con resignación y dar por terminado el tema pues otro concita toda su atención. Los pormenores y la angustia de su cuñado que venía desde Caracas en un bus que secuestraron. "Tremendo susto, qué vaina, y el hombre traía unos cobritos para los útiles y los uniformes. ¡Cómo se habrá puesto su hermana!, me atrevo a añadir, en tanto como me tiene ella de sus penurias, pues el sujeto en cuestión prácticamente se ha desentendido de esos muchachos. Bueno, desliza con un dejo de esperanza que no sabría cómo calificar: todavía tiene tiempo el muy muérgano de buscar más cobres. La escuela está por el piso y aún no comienzan las clases. Salud, seguridad, educación. Esos sí que son golpes. No estas locuras marca ACME. Digo yo, por decir algo. Bip Bip.

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