9 de mayo de 2014

Reinventar el periodismo: Apuntes para conversar

Los profesores Mariengracia Chirinos (Ucab) y Omar Rincón, director del Ceper

Gracias a la invitación del profesor Marcelino Bisbal, coordinador de los Postgrados en Comunicación Social de la UCAB, estuvimos en Caracas hace unos días para participar en una discusión entre colegas venezolanos sobre la "Recomposición del Periodismo". La jornada contó con la participación del profesor e investigador de la Universidad de Los Andes en Colombia, Omar Rincón. Comparto aquí los apuntes que llevé para conversar.
 

En su libro fundamental, Comprender la comunicación, reeditado por la editorial Gedisa en el año 2007, el maestro Antonio Pasquali incluyó un capítulo final La velocidad y el jadeo en el que destacaba los dos cambios tecnológicos que, en su criterio, impactan con mayor fuerza el ejercicio del periodismo en este siglo: la velocidad en el procesamiento de la información y la capacidad de almacenamiento.

Al preguntarse sobre los desafíos que esta realidad imponía a los comunicadores, Pasquali lo hizo con una interrogante aparentemente simple: ¿En qué difieren los grandes periódicos del mundo y los demás? Para responderse de seguidas: en sus archivos.

Hoy, gracias a las tecnologías de información y comunicación (TIC), no solo hemos ganado acceso a una gran cantidad de información, sino a un conjunto de herramientas que nos permiten procesar un gran volumen de datos de forma eficiente.  Con una computadora de escritorio –decía en ese texto Pasquali– un periodista podría alcanzar la capacidad de memoria de un gran periódico y hacer un excelente periodismo de investigación (o de datos, como le llamaríamos hoy). Obviamente, esto supone una gran formación general y el desarrollo de nuevas capacidades.

En este aspecto, los pensa de las escuelas de comunicación lucen –desde hace al menos dos décadas– absolutamente desfasados.  Hoy se debe enseñar otras cosas, más cosas… ¡y de otra manera! Ahora no solo hay que aprender a leer los textos en sus contextos y a contar las historias con corrección y, si es posible, con belleza. A esas capacidades, tan difíciles de desarrollar, hay que sumarles las competencias para la comprensión, el manejo y la producción de lo digital….incluida la programación, cuestiones que no deberían ser “materia aparte”, sino integrarse a la carrera como eje transversal.  

¿Podemos seguir pensando en escuelas divididas en departamentos de impreso, audiovisual, etc., cuando hablamos de multimedios y nuevos emprendimientos comunicacionales? ¡Hay que conectarlos!

Conectar las escuelas a Internet es algo obligatorio[2], pero también lo es la integración de unas áreas/medios que no pueden pensarse separados cuando las plataformas por las que circulan los mensajes las están juntando. ¿Qué diferencia se consigue hoy entre los portales de algunos periódicos y servicios de noticias como el de la BBC?  Para usar una antigüalla de término, hoy de moda: ¡Están embebidos!
Ganarse la escucha. Omar Rincón en el foro junto a Andrés Cañizález



Cambios en las formas de ejercer el oficio y en las maneras de informarnos

La desconexión, sin embargo, no es sólo tecnológica sino social. Si cuando surgieron la radio y la TV ya nos quejábamos de la obsolescencia de las noticias. ¿Qué podemos decir hoy cuando ciudadanos –y periodistas– somos víctimas de una cada vez más grave infoxicación? En medio del jadeo noticioso, ¿en qué temas nos detenemos, cuáles son los asuntos que importan a la sociedad?

            En este terreno, las TIC nos abren múltiples ventanas a través de las cuales podemos atisbar nuevos caminos que pueden llevarnos a puerto seguro, o bien causarnos extravíos y conducirnos a ningún lado… ¡Aunque a veces perderse haga falta! En todo caso, se necesita un mapa, una ruta. Y esa es la que nos presenta a los periodistas como puente y como canal, como mediador-tejedor de los discursos e intereses de las audiencias que ahora también producen información. Cada día se necesita más periodismo, mejor periodismo.

¿Qué rol estamos jugando los periodistas en Venezuela? ¿De quién o de quiénes somos canal? ¿Tejemos los diferentes discursos y presentamos una malla multicolor o, más bien, nos quedamos con sólo dos ovillos, el blanco y el negro, para presentar un tapete monocromático y de alto contraste? Se afirma que las redes sociales son una nueva fuente y a la vez nuevo medio alternativo de información, expresión y comunicación… ¿Es eso cierto?
Acianela Montes de Oca, Moraima Guanipa y Omar Rincón

He llegado a la conclusión de que podríamos estar desperdiciando –y mucho– la potencialidad que nos brindan tanto medios digitales como redes sociales para escuchar, sopesar y transmitir las múltiples voces que anidan en la red.  Obsérvese que digo podría estarse desperdiciando, no lo afirmo porque tampoco es así. Hendijas se consiguen, pero aun hay brechas por abrir.

En Venezuela, gracias a la polarización política, lo que estamos viendo es la repetición del esquema bipolar hegemonía/contra hegemonía, que tan bien se aviene al antiguo sistema de medios masivo y masificante,  pero que es tan contrario/opuesto al espíritu de los nuevos medios que potencian, no solo la multiplicidad de los discursos –la antihegemonía– sino la interlocución entre los ciudadanos…

 Los periodistas, que hemos estado siempre a la intemperie, hoy, además, hemos quedado al desnudo. Las audiencias nos han quitado la ropa y la voz. Son muchos, cada vez más, quienes dicen: Yo también soy periodista. Aunque eso esté muy lejos de ser cierto y allí haga falta un esfuerzo de formación. ¿Qué estamos haciendo mal? ¿En qué estamos acertando?

Debo decir que me sorprendió una reciente iniciativa digital, supuestamente “innovadora”, que presenta las noticias nacionales, en inglés y español, con base en un streaming de Twitter que se nutre de dos fuentes catalogadas y presentadas en pantalla (de facto dividida) como de oposición y de gobierno. En el portal no se explica cómo se escogieron las fuentes, pero en una lectura diagonal destacan las del mainstream.  Ojalá lo haya leído mal, o que este sea un proyecto en fase beta (como casi todo en este ámbito). En todo caso, lo describo para mostrar un contraejemplo.

Marcelino Bisbal, Mariengracia Chirinos y Andrés Cañizalez.
Cuando se habla de innovación periodística, con uso o por efecto de las TIC, quisiera pensar que se trata de otras apuestas que impliquen más escucha ciudadana, más mezcla de voces, como la que hizo la ONG de derechos humanos Provea los días posteriores a las elecciones del 14 de abril, cuando desmontó la mentira del gobierno en torno a la quema de los Centros de Diagnóstico Integral (CDI), valiéndose de su red de contactos en las ciudades donde supuestamente se produjeros estos hechos.

O el extraordinario trabajo del equipo de investigación del diario Últimas Noticias, que mediante los testimonios y el material grabado por los reporteros ciudadanos puso en evidencia, comprobó y divulgó lo que sin duda fue un homicidio cometido por funcionarios, y obligó al gobierno a pronunciarse.

O la buena noticia del proyecto del Instituto Prensa y Sociedad,  Poderopedia, “una plataforma colaborativa que ayuda a entender las relaciones entre las personas, empresas y organizaciones que se convierten en noticia e influyen en nuestra vida diaria. Usando visualizaciones de datos y tecnología semántica, muestra quién es quién en los negocios y la política

O…claro que hay más. Menciono estas tres para subrayar tres tendencias. El uso de medios y redes digitales para el activismo político; el periodismo profesional en medios clásicos que se vale de los infociudadanos; y las iniciativas profesionales de periodismo de datos.

¿Cómo vincular/cruzar/fertilizar estas experiencias? ¿Las del periodismo de investigación, organizaciones sociales y reporteros ciudadanos?  ¿Qué capacidades hay que desarrollar para que esto se dé con más frecuencia y mayor calidad? Creo que una muy importante es la escucha, pero,  ¿cómo se forma la voluntad/capacidad de escucha?  

¡Es que no hay nada más aburrido que los fijos de los medios, que si no los lees en la prensa, los oyes en la radio o los ves en la TV!  Nuestro oficio tiene un enorme desafío allí, allí donde están fallando los medios tradicionales. No podemos seguir haciendo lo mismo cuando todo ha cambiado.



Dispositivos y formatos
Un selfie con Omar

 En ese mismo texto del año 2007, Pasquali aseguraba que la telefonía celular sería el primer servicio universal de la historia de la humanidad.  Profecía cumplida: La cobertura a escala mundial llega al 95%. En Venezuela sobrepasa el 100%. Y, como constatamos a diario,  a través del celular no solo se habla y mandan mensajes de texto, sino que se oye música, se toman fotos, y si se tiene acceso a Internet, la gente navega, ve videos en tiempo real, se conecta a redes sociales…

Un estudio reciente sobre el consumo de información en EEUU arrojó estos datos:

En el 2010 el 3,6% lo hacía a través del móvil; 22% a través de la PC (Total: 25,6%) y 41% a través de la TV.

Apenas tres años después, en el 2013, 19,8% a través del móvil; 19,5% a través de la PC (Total: 39,3%)  y 38% por la TV. 

La prensa escrita bajó del 7,5 al 4,5 y la radio del 14,9 al 12,1.

Bajó el consumo de radio y de periódicos a costa del celular. Solo se mantuvo la TV, pero también -o porque- cambió.



¿Qué pensar para ese nuevo formato en términos periodísticos? Tenemos un 100% de penetración celular y el 70% de la población conectada es joven.  La brecha digital en Venezuela es grande. Aunque el teléfono sea de los “inteligentes”, la penetración de la banda ancha móvil no llega al 7 %.  Pero esa burbujita, para bien o para mal, hace ruido, se divierte. ¿Cómo sacarle punta?   
En redes sociales se produce una gran conversación sobre los programas de TV, por ejemplo. Desde el sofá, celular en mano, se comparten programas y series. Basta con seguir la tuiterzuela durante un Miss Venezuela, la entrega de los premios Oscar o las cadenas del presidente para comprobar ese hecho.  [Nos quejamos de la hegemonía, pero el presidente se encadena y los infociudadanos también]. Pensar, innovar. Pero primero: Ver/entender qué pasa ahí.

Para cerrar, pienso (al menos por ahora) que la recomposición/reinvención del oficio pasa por un reto de formación en cinco áreas:

  • 1.      La lectura (desde el mi mamá me mima) que además incluya la comprensión –mejor si desde la práctica–  del entorno digital. [Somos lengua].

  • 2.      La escucha ciudadana (diversificación de fuentes, lugarización de la información, periodismo hiperlocal).

  • 3.      El desarrollo de competencias para el manejo de los nuevos dispositivos y la creación de contenido para los nuevos soportes (en un contexto de censura, el humor tiene un gran rol que jugar allí…[El Chigüire Bipolar, por ejemplo, hackea la noticia. No todo da risa, pero se rie para no llorar]

  • 4.      El emprendimiento empresarial (porque los jóvenes se están graduando para trabajar con sueldos de miseria e incluso gratis con la única “retribución” de “aparecer” en los medios).Hay experiencias para mirar.

  • 5.      Las estrategias de seguridad digital (para proteger nuestra privacidad y la de nuestras fuentes y datos, porque los periodistas nunca habíamos estado más expuestos)






[2] En las cuatro universidades públicas que ofrecen la carrera en Venezuela (UCV, LUZ, ULA y UBV) el reto de la adecuación tecnológica es enorme.  Sabemos que en Venezuela la conexión a Internet no sólo se ha estancado sino precarizado. [Y es allí donde comienza la censura a Internet. No en los contenidos, que es la punta del iceberg, sino en la base: en el control del acceso. Pero ese es otro tema]


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