Comunicación digital > Redes y participación ciudadana > Comunicación alternativa en el Siglo XXI
25 de septiembre de 2014
Perfil de Internet en Venezuela: Límites y Retos
Gracias a la invitación de la Internet Society, Capítulo Venezuela , participamos en el Encuentro de Gobernanza de Internet. Aquí dejo la presentación que compartimos.
Etiquetas:
comunicación,
Derechos Humanos,
Gobernanza,
Internet,
ISOC,
libertad de expresión,
Políticas Públicas,
Venezuela
16 de mayo de 2014
El silencio de los desconectados
“Para los conectados, el resto del mundo tiene Internet”. Con esta agria
sentencia comienza un post de la
bloguera cubana Elaine Díaz con el cual, no lo dudo, le resultaría fácil
identificarse al 55% de la población venezolana sin acceso a la red…si pudiera
participar en las discusiones que, en su nombre, se libran en diversos
escenarios.
En los últimos meses, debido a las protestas ocurridas
en el país, las cuales –como resultado del control y la censura oficiales– han
sido silenciadas por la mayoría de los medios, comienza a tomar fuerza la idea
de que los ciudadanos y las audiencias se han deslizado a la red para
expresarse, informar e informarse sobre lo que sucede. En nuestro criterio, aunque en ello haya bastante
de verdad , eso no es del todo cierto. Según
la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel), la penetración de
Internet alcanza casi el 45% de la población, pero este porcentaje de usuarios
no está distribuido equitativamente a lo largo y ancho del país.
Si bien en el Distrito Capital y el estado Miranda los conectados superan
el 90%, en estados como Trujillo, por mencionar uno, no llegan al 25%. Aún más:
en la zona alta de la parroquia Juan Ignacio Montilla de Valera, un grupo de
ciudadanos puede tener acceso a un servicio de banda ancha de 10Mbps (prestado
por la empresa Inter); mientras que en la parroquia San Luis, de la misma
ciudad, la gente aún accede a través de conexiones discadas (Cantv). Consulta
aquí un mapa interactivo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y presta
atención a los dos puntos azules, ambos en Caracas.
En la actualidad, la censura no solo tiene que ver con las presiones del
gobierno sobre los medios (incluidos los digitales), sino con nuevas formas de discriminación –como
la brecha digital– mucho más dinámicas y complejas de comprender. ¿Las estamos
estudiando con propiedad? ¿O estamos, como suele suceder, haciendo más énfasis en lo más evidente y que genera más ruido?
[Demasiada luz encandila].
En Venezuela el acceso y, por ende, la libertad de
expresión en la red no solo se ven coartados a través de disposiciones arbitrarias e ilegales como las de la Conatel, que ordenó a los proveedores de
servicio de Internet (y ellos aceptaron) el bloqueo de más de 500 sitios web; o mediante el acoso o
la censura a periodistas y ciberciudadanos, sino a través de mecanismos más sutiles, pero prácticamente
“invisibles”, como el control de la infraestructura de telecomunicaciones.
El “ecosistema
internet” puede ser representado, como lo propone Daniel Pimienta, con la forma
de una pirámide en cuya base descansa la infraestructura
(la red de transporte: cables, satélites, fibra óptica, etc.) sobre la cual se
alza la infoestructura (los diversos servicios: correo, video, redes
sociales). Los contenidos (o la infocultura)
son las piezas de información que circulan entre los usuarios; vale decir, la punta del iceberg, lo único
que una persona no familiarizada con estos temas puede ver a simple vista.
En nuestra opinión, en Venezuela el control de la red
se efectúa y comienza por la base, vale decir, por la infraestructura, y a
través de dos mecanismos: El financiero, mediante la restricción a las empresas
privadas de las divisas necesarias para sus inversiones (asignación y
repatriación); y el normativo, vía la promulgación de leyes, como la de Telecomunicaciones
y la de Responsabilidad Social en Radio,
Televisión y Medios Electrónicos (ResorteMe), ambas reformadas en diciembre del año 2010.
Las tres “C”: Cencoex, Cantv,
Conatel
En Venezuela, el Estado (hoy lamentablemente cooptado por el gobierno) no
solo es el propietario del operador principal de telecomunicaciones (la empresa
Cantv, renacionalizada en el año 2007), a través del cual se producen cerca del
90% de las conexiones a Internet, sino que controla al ente que las regula
(CONATEL[1]),
y –algo para nada menor– también decide de manera unilateral sobre la
asignación y repatriación de las divisas requeridas por las empresas privadas
de telecomunicaciones (antes CADIVI, hoy CENCOEX).
¿En qué aspectos ha incidido
este control? Nos referiremos, por
ahora, sólo a uno: la velocidad de acceso. En la actualidad, de acuerdo con la Comisión Económica para América
Latina (Cepal), se considera banda ancha aquella conexión que
es igual o mayor a 4 Mbps. En Venezuela, la velocidad promedio ronda los 1,5 Mbps Sólo para comparar: El
promedio latinoamericano es de 2.5 Kbps (va desde Ecuador, con 3.6 Mbps,
hasta llegar a Bolivia, con 1 Mbps). El
“pico de velocidad” promedio latinoamericano es de 13.5 Mbps (Va desde Ecuador,
que tiene 18.5 Mbps hasta llegar a Venezuela con 8.0 Mbps (Akamai, 2013).
Desde el año 2008 nuestro país
ha venido bajando en los índices de preparación para el ingreso exitoso a la
Sociedad de la Información. De acuerdo con la Unión Internacional de las
Telecomunicaciones (UIT, Informe 2013), pasamos del puesto 76 al 79 (157
países: Corea del sur en el tope, Níger en el fondo). Las conexiones se han multiplicado, pero en la
misma medida se han precarizado.
Las empresas privadas dejaron de vender planes
superiores a 2Mbps. De las tres compañías de telefonía celular, solo una
(Digitel) ofrece conexiones 4G y en un limitado número de localidades. Existe
un parque de teléfonos inteligentes de aproximadamente 8 millones de aparatos, pero
de éstos, según cálculos propios basados en las cifras de la Conatel y de la
UIT, sólo un 7% se sirve de la banda ancha.
Un informe reciente de la Asociación Hispanoamericana de Centros de
Investigación y empresas de Telecomunicaciones (Ahciet) vaticinó que, de
acuerdo con las tendencias que se observan,
en el año 2020 Uruguay y Argentina igualarán a Europa, con el 75 por
ciento de los hogares con banda ancha.
Chile llegará al 67 por ciento, México al 64 por ciento, Brasil al
63 por ciento y Venezuela al 54 por ciento. Hablamos de 2020 y ya –hoy–según
la UIT, más del 95% de los puestos de
trabajo tienen o incluyen un factor de competencia digital.
En resumen: Nos estamos quedando atrás. El acceso y el uso de Internet no es un
lujo, es una prioridad, tal y como lo defendimos en la campaña InternetPrioritaria en el año 2009. En 2011 los relatores de libertad de expresión
propusieron que se considerase un derecho humano, pues es puerta de entrada y
garantía para el ejercicio de otros derechos, como los de expresión, educación
y trabajo. Sabemos que la brecha digital es reflejo o consecuencia de la brecha
económica y social y que, gracias a la velocidad con la que impactan las TIC
todos los procesos, esta brecha no hará sino ampliarse cada día más.
¿Qué hacer? ¿Qué garantías
debemos demandar al Estado?
No es posible plantear reclamos y demandas si no hemos comprendido de qué
se trata este asunto. En ese sentido, toca, en primer lugar: Sensibilizar sobre estos temas para generar una
masa crítica de usuarios. ¿Cómo hacerlo? ¿Por dónde
empezar? Los jóvenes son la clave.
70% de los usuarios venezolanos de Internet son jóvenes. Esta investigación muestra que aquellos entre
18-29 años son el
grupo más dispuesto a defender la
apertura del entorno digital.
Internet es
una puerta de entrada a la diversidad y
una palanca para el desarrollo. Sin embargo, hacer que esté disponible para
todo el mundo es sólo posible a través la formulación y desarrollo de políticas
públicas producto del debate social. ¿Lo estamos dando? Me temo que no. No creo equivocarme al decir que sobre esto
hablamos mucho, pero todavía muy pocos…precisamente, los conectados.
[1] La Comisión Nacional de Telecomunicaciones (CONATEL)
es el ente responsable de administrar, regular y controlar el uso de los
recursos limitados utilizados en las telecomunicaciones y medios de
comunicación audiovisuales. En la letra es un instituto con autonomía técnica,
financiera, organizativa y administrativa, pero es dependiente del poder
ejecutivo. Sus cinco directivos son de libre nombramiento y remoción por parte
del Presidente de la República. El Directorio de Responsabilidad Social, otra
instancia reguladora prevista en la Ley de Responsabilidad Social en Radio,
Televisión y Medios Electrónicos, es presidido por el Director General de
CONATEL e integrado por once miembros, de los cuales siete son representantes
de organismos estatales.
15 de mayo de 2014
No estamos para discusiones sublimes
El próximo sábado se celebra el Día de Internet y, como siempre que pienso en estos temas, pienso también en José Gregorio (Cheo) Silva, protagonista clave en el desarrollo de Internet en la ULA, en Los Andes, y en el país, cuya pasión por la innovación y el cambio tecnológico fue la mecha que prendió en mí un interés que no cesa. Sólo dos preguntas, Cheo:
¿Cuáles son los temas cruciales sobre los cuales pensar hoy en relación a Internet en el ámbito global?
La Internet no es una moda más que llegó a la humanidad. Es un salto en nuestra evolución como especie. Es uno de los hitos significativos de nuestra historia humana. Ha venido evolucionando y va a seguir evolucionando con nosotros: Inicialmente un proyecto de seguridad militar, luego un proyecto de desarrollo académico, luego un mecanismo flexible de información y comunicación de una masividad y alcance global sin precedentes. La Web 2.0 permite que estemos y nos mantiene conectados, tiene valor por la participación y los contenidos de la gente y, sin duda, cambia nuestros hábitos cotidianos e incide en nuestra evolución global.
¿Cuáles son los temas cruciales sobre los cuales pensar hoy en relación a Internet en el ámbito global?
La Internet no es una moda más que llegó a la humanidad. Es un salto en nuestra evolución como especie. Es uno de los hitos significativos de nuestra historia humana. Ha venido evolucionando y va a seguir evolucionando con nosotros: Inicialmente un proyecto de seguridad militar, luego un proyecto de desarrollo académico, luego un mecanismo flexible de información y comunicación de una masividad y alcance global sin precedentes. La Web 2.0 permite que estemos y nos mantiene conectados, tiene valor por la participación y los contenidos de la gente y, sin duda, cambia nuestros hábitos cotidianos e incide en nuestra evolución global.
Un aspecto
interesante es el tema de la privacidad: Hay dos puntos allí, el primero es que
el concepto de privacidad ha evolucionado y continuará evolucionando. La
privacidad de los inmigrantes digitales no es la privacidad de los nativos
digitales y por eso muchas
discusiones están planteadas en mesas
diferentes, que a veces son disjuntas.
El segundo
aspecto es la vulnerabilidad intrínseca de los mecanismos que usamos: nuestros
datos se trasmiten por canales que podrían ser abiertos en ciertas condiciones
y/o son guardados en los archivos de supercompañías a las que conscientes o inconscientemente
le damos nuestra confianza, con todo lo que eso significa. Podemos elegir, en
parte, donde depositamos nuestra confianza, pero siempre estaremos expuestos a
riesgos.
En la
evolución de la humanidad estamos obligados a desarrollar una conciencia de
terrícolas. Algunos temas que hemos manejado como problemas de países sólo
pueden ser resueltos globalmente: el hambre, la pobreza, la salud, la
educación, el medio ambiente, la opresión política, la paz, el terrorismo, por
mencionar algunos. El papel de la
Internet allí es y será clave. Pero no estamos cerca de resolver estos puntos.
Todavía los abordamos de una forma que expresa más nuestras limitaciones de las
viejas capacidades y valores que nuestras nuevas potencialidades humanas. Pero
cada vez va a haber más personas conscientes delas restricciones que tenemos
originadas en nuestra historia previa…
Con respecto a Venezuela ¿Cómo observas su evolución? ¿cuáles son los mayores desafíos?
En
Venezuela, tristemente, estamos complicados en nuestra participación dentro de
estas reflexiones de hacia donde debemos dirigirnos como humanidad. Los temas
de supervivencia física de nivel más elemental son para nosotros relevantes hoy,
lamentablemente. Tenemos una agenda cotidiana ligada a la disponibilidad de los
productos más básicos: alimentos elementales, productos de higiene, servicios públicos
estándares, inseguridad...
De alguna
forma, estamos ahora en medio de las discusiones que fueron pertinentes en la
zona media del siglo pasado, el significado de los derechos civiles elementales,
la libertad de expresión, la democracia, la libertad de reunión, etc.
Obviamente no es el mejor ambiente para discusiones sublimes.
En ese
contexto es claro que si debemos defender los derechos a la vida digital ante
amenaza s como el blackout, la censura
parcial o total, el control excesivo de las comunicaciones. Nos quejamos
durante mucho tiempo de un monopolio y ahora tenemos otro. Ya lo decía el poeta alemán cuando expresaba sus temores ante el
posible devenir histórico: “La bota que
pisa es siempre una bota/ Ya comprendéis lo que quiero decir:/ No cambiar de
señores/ sino no tener ninguno”.
Finalmente, aquí y alla, a los problemas de los conectados se
suma el de la inequidad digital, que no sólo sigue sin resolver, sino que se
profundiza.
Etiquetas:
acceso a internet,
ciudadanía,
Día de Internet,
innovación,
libertad de expresión,
Mérida,
tecnología,
ULA,
universidad,
Venezuela
9 de mayo de 2014
Reinventar el periodismo: Apuntes para conversar
Los profesores Mariengracia Chirinos (Ucab) y Omar Rincón, director del Ceper |
Gracias a la invitación del profesor Marcelino Bisbal, coordinador de los Postgrados en Comunicación Social de la UCAB, estuvimos en Caracas hace unos días para participar en una discusión entre colegas venezolanos sobre la "Recomposición del Periodismo". La jornada contó con la participación del profesor e investigador de la Universidad de Los Andes en Colombia, Omar Rincón. Comparto aquí los apuntes que llevé para conversar.
En su libro fundamental, Comprender la comunicación, reeditado
por la editorial Gedisa en el año 2007, el maestro Antonio Pasquali incluyó un capítulo
final –La velocidad y el jadeo– en
el que destacaba los dos cambios tecnológicos que, en su criterio, impactan con
mayor fuerza el ejercicio del periodismo en este siglo: la velocidad en el
procesamiento de la información y la capacidad de almacenamiento.
Al preguntarse sobre los desafíos que
esta realidad imponía a los comunicadores, Pasquali lo hizo con una interrogante
aparentemente simple: ¿En qué difieren
los grandes periódicos del mundo y los demás? Para responderse de seguidas:
en sus archivos.
Hoy, gracias a las tecnologías de
información y comunicación (TIC), no solo hemos ganado acceso a una gran
cantidad de información, sino a un conjunto de herramientas que nos permiten
procesar un gran volumen de datos de forma eficiente. Con una computadora de escritorio –decía en ese
texto Pasquali– un periodista podría alcanzar la capacidad de memoria de un
gran periódico y hacer un excelente periodismo de investigación (o de datos, como le llamaríamos hoy).
Obviamente, esto supone una gran formación
general y el desarrollo de nuevas capacidades.
En este aspecto, los pensa de las
escuelas de comunicación lucen –desde hace al menos dos décadas– absolutamente desfasados.
Hoy se debe enseñar otras cosas, más cosas… ¡y de
otra manera! Ahora no solo hay que aprender a leer los textos en sus contextos y
a contar las historias con corrección y, si es posible, con belleza. A esas
capacidades, tan difíciles de desarrollar, hay que sumarles las competencias
para la comprensión, el manejo y la producción de lo digital….incluida la
programación, cuestiones que no deberían ser “materia aparte”, sino integrarse
a la carrera como eje transversal.
¿Podemos seguir pensando en escuelas divididas
en departamentos de impreso, audiovisual, etc., cuando hablamos de multimedios
y nuevos emprendimientos comunicacionales? ¡Hay que conectarlos!
Conectar
las escuelas a Internet es algo obligatorio[2], pero también lo es la integración de unas áreas/medios
que no pueden pensarse separados cuando las plataformas por las que circulan
los mensajes las están juntando. ¿Qué diferencia se consigue hoy entre los
portales de algunos periódicos y servicios de noticias
como el de la BBC? Para usar una antigüalla de término, hoy de moda: ¡Están embebidos!
Ganarse la escucha. Omar Rincón en el foro junto a Andrés Cañizález |
Cambios
en las formas de ejercer el oficio y en las maneras de informarnos
La desconexión,
sin embargo, no es sólo tecnológica sino social. Si cuando surgieron la radio y
la TV ya nos quejábamos de la obsolescencia de las noticias. ¿Qué podemos decir
hoy cuando ciudadanos –y periodistas– somos víctimas de una cada vez más grave
infoxicación? En medio del jadeo noticioso, ¿en qué temas nos detenemos, cuáles
son los asuntos que importan a la sociedad?
En
este terreno, las TIC nos abren múltiples ventanas a través de las cuales podemos
atisbar nuevos caminos que pueden llevarnos a puerto seguro, o bien causarnos extravíos y conducirnos a ningún lado… ¡Aunque a veces perderse haga falta! En
todo caso, se necesita un mapa, una
ruta. Y esa es la que nos presenta a los periodistas como puente y como canal, como
mediador-tejedor de los discursos e intereses de las audiencias que ahora también
producen información. Cada día se necesita más periodismo, mejor periodismo.
¿Qué rol estamos jugando los periodistas
en Venezuela? ¿De quién o de quiénes somos canal? ¿Tejemos los diferentes
discursos y presentamos una malla multicolor o, más bien, nos quedamos con sólo
dos ovillos, el blanco y el negro, para presentar un tapete monocromático y de
alto contraste? Se afirma que las redes sociales son una nueva fuente y a la vez nuevo medio alternativo de información,
expresión y comunicación… ¿Es eso cierto?
Acianela Montes de Oca, Moraima Guanipa y Omar Rincón |
He llegado a la conclusión de que podríamos
estar desperdiciando –y mucho– la potencialidad que nos brindan tanto medios
digitales como redes sociales para escuchar, sopesar y transmitir las múltiples voces
que anidan en la red. Obsérvese que digo
podría estarse desperdiciando, no lo afirmo porque tampoco es así. Hendijas se consiguen, pero aun hay brechas por
abrir.
En Venezuela, gracias a la polarización
política, lo que estamos viendo es la repetición del esquema bipolar
hegemonía/contra hegemonía, que tan bien se aviene al antiguo sistema de medios
masivo y masificante, pero que es tan
contrario/opuesto al espíritu de los nuevos medios que potencian, no solo la
multiplicidad de los discursos –la antihegemonía–
sino la interlocución entre los ciudadanos…
Los periodistas, que hemos estado siempre a la
intemperie, hoy, además, hemos quedado al desnudo. Las audiencias nos han
quitado la ropa y la voz. Son muchos, cada vez más, quienes dicen: Yo también
soy periodista. Aunque eso esté muy lejos de ser cierto y allí haga falta un esfuerzo de formación. ¿Qué estamos haciendo
mal? ¿En qué estamos acertando?
Debo decir que me sorprendió una
reciente iniciativa digital, supuestamente “innovadora”, que presenta las
noticias nacionales, en inglés y español, con base en un streaming de Twitter que se nutre de dos fuentes catalogadas y
presentadas en pantalla (de facto dividida) como de oposición y de gobierno. En
el portal no se explica cómo se escogieron las fuentes, pero en una lectura
diagonal destacan las del mainstream. Ojalá lo haya leído mal, o que este sea un
proyecto en fase beta (como casi todo en este ámbito). En todo caso, lo describo para mostrar un contraejemplo.
Marcelino Bisbal, Mariengracia Chirinos y Andrés Cañizalez. |
O el extraordinario trabajo del equipo de investigación del diario Últimas Noticias, que mediante los testimonios
y el material grabado por los reporteros ciudadanos puso en evidencia,
comprobó y divulgó lo que sin duda fue un homicidio cometido por funcionarios, y
obligó al gobierno a pronunciarse.
O la buena noticia del proyecto del Instituto Prensa y Sociedad, Poderopedia,
“una plataforma colaborativa que ayuda a entender las relaciones entre las
personas, empresas y organizaciones que se convierten en noticia e influyen en
nuestra vida diaria. Usando visualizaciones de datos y tecnología semántica,
muestra quién es quién en los negocios y la política”
O…claro que hay más. Menciono estas tres
para subrayar tres tendencias. El uso de medios y redes digitales para el activismo
político; el periodismo profesional en medios clásicos que se vale de los
infociudadanos; y las iniciativas profesionales de periodismo de datos.
¿Cómo
vincular/cruzar/fertilizar estas experiencias? ¿Las del periodismo de investigación, organizaciones
sociales y reporteros ciudadanos? ¿Qué
capacidades hay que desarrollar para que esto se dé con más frecuencia y mayor
calidad? Creo que una muy importante es la escucha, pero, ¿cómo se forma la voluntad/capacidad de
escucha?
¡Es que no
hay nada más aburrido que los fijos de los medios, que si no los lees en la
prensa, los oyes en la radio o los ves en la TV! Nuestro oficio tiene un enorme desafío allí,
allí donde están fallando los medios tradicionales. No podemos seguir haciendo lo mismo cuando todo ha cambiado.
En ese mismo texto del año 2007, Pasquali aseguraba
que la telefonía celular sería el primer servicio universal de la historia de
la humanidad. Profecía cumplida: La
cobertura a escala mundial llega al 95%. En Venezuela sobrepasa
el 100%. Y, como constatamos a diario, a
través del celular no solo se habla y mandan mensajes de texto, sino que se oye
música, se toman fotos, y si se tiene acceso a Internet, la gente navega, ve
videos en tiempo real, se conecta a redes sociales…
Un
estudio reciente sobre el consumo de información en EEUU arrojó estos datos:
En el 2010 el 3,6% lo hacía a través del móvil; 22% a través de la PC (Total: 25,6%) y 41% a través de la TV.
Apenas tres años después, en el 2013, 19,8% a través del móvil; 19,5% a través de la PC (Total: 39,3%)
y 38% por la TV.
La prensa escrita bajó del 7,5 al 4,5 y la radio
del 14,9 al 12,1.
Bajó el consumo de radio y de periódicos a costa del celular. Solo se
mantuvo la TV, pero también -o porque- cambió.
¿Qué pensar para ese nuevo formato en términos periodísticos? Tenemos un 100% de
penetración celular y el 70% de la población conectada es joven. La brecha digital en Venezuela es grande. Aunque el teléfono
sea de los “inteligentes”, la
penetración de la banda ancha móvil no llega al 7 %. Pero esa burbujita, para bien o para mal,
hace ruido, se divierte. ¿Cómo sacarle punta?
En redes sociales se produce una gran conversación sobre los programas de TV, por ejemplo. Desde el sofá, celular en mano, se comparten programas y series. Basta con seguir la tuiterzuela durante un Miss Venezuela, la entrega de los premios Oscar o las cadenas del presidente para comprobar ese hecho. [Nos quejamos de la hegemonía, pero el presidente se encadena y los infociudadanos también]. Pensar, innovar. Pero primero: Ver/entender qué pasa ahí.
En redes sociales se produce una gran conversación sobre los programas de TV, por ejemplo. Desde el sofá, celular en mano, se comparten programas y series. Basta con seguir la tuiterzuela durante un Miss Venezuela, la entrega de los premios Oscar o las cadenas del presidente para comprobar ese hecho. [Nos quejamos de la hegemonía, pero el presidente se encadena y los infociudadanos también]. Pensar, innovar. Pero primero: Ver/entender qué pasa ahí.
Para cerrar, pienso (al menos por ahora) que la recomposición/reinvención del oficio pasa
por un reto de formación en cinco áreas:
- 1. La lectura (desde el mi mamá me mima) que además incluya la comprensión –mejor si desde la práctica– del entorno digital. [Somos lengua].
- 2. La escucha ciudadana (diversificación de fuentes, lugarización de la información, periodismo hiperlocal).
- 3. El desarrollo de competencias para el manejo de los nuevos dispositivos y la creación de contenido para los nuevos soportes (en un contexto de censura, el humor tiene un gran rol que jugar allí…[El Chigüire Bipolar, por ejemplo, hackea la noticia. No todo da risa, pero se rie para no llorar]
- 4. El emprendimiento empresarial (porque los jóvenes se están graduando para trabajar con sueldos de miseria e incluso gratis con la única “retribución” de “aparecer” en los medios).Hay experiencias para mirar.
- 5. Las estrategias de seguridad digital (para proteger nuestra privacidad y la de nuestras fuentes y datos, porque los periodistas nunca habíamos estado más expuestos)
[2] En las cuatro universidades públicas que ofrecen la carrera en Venezuela
(UCV, LUZ, ULA y UBV) el reto de la adecuación tecnológica es enorme. Sabemos que en Venezuela la conexión a
Internet no sólo se ha estancado sino precarizado. [Y es allí donde comienza la
censura a Internet. No en los contenidos, que es la punta del iceberg, sino en
la base: en el control del acceso. Pero ese es otro tema]
Suscribirse a:
Entradas (Atom)