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27 de febrero de 2009
Una escuela para aprender a vivir
A esta escuela se entra por la cocina. De allí se bajan varios escalones y se penetra en la sala que sirve de set de filmación. Al traspasar una puerta, se sube por una angosta escalerilla que conduce a los estudios y al master de control. Así construyó Pablo Miliani Teleboconó: en medio, en los alrededores, en los sótanos, al fondo, en su casa toda. En ella han vivido y se han formado niños y niñas de todas las edades que han aprendido, no sólo a hacer televisión sino, como bien destaca este viejo lobo de mar, a vivir.
Los objetivos de la Fundación Televisora Cultural Boconesa expresan con transparencia la visión de este venezolano ejemplar. Sus estatutos hablan, en primer lugar, de la responsabilidad social de la iniciativa privada; en el segundo, del impulso a la cultura; en el tercero, de la promoción de la conciencia cívica y de la creación y divulgación del conocimiento local, para –por último– referirse a la creación y operación de la planta de televisión.
Por eso, cuando le pedimos que nos cuente la historia este colegio tan singular –la primera televisora regional sin fines de lucro que vio luz en el país– Miliani, a sus 84 años, no habla de cuando salió al aire la señal, de su cobertura, o de los equipos. No. Frente a un grupo de jóvenes inquietos, que miran todo con ojos de asombro, se acomoda en su mecedora y atraviesa un largo pasadizo temporal para rememorar su niñez y su juventud. Desgrana historia menuda, disecciona anécdotas curiosas y entrañables –que matiza con exquisito humor y gracia– para hacernos ver los verdaderos aprendizajes que tuvo cuando los pantalones aún le llegaban a las rodillas: el valor del trabajo y la humildad.
Esas enseñanzas –dice– “se las debo a mis padres y a mi maestro Máximo Saavedra” y agrega sin ningún tipo de resentimiento, muy por el contrario, con satisfacción: “yo no aprendí a montar bicicleta, no supe lo que eran los patines, para mí desde pequeño todo fue trabajo y ¡cómo lo disfrutaba!”.
A pesar de ser el mejor alumno de anatomía del destacado médico y científico trujillano Pedro Emilio Carrillo http://www.diarioeltiempo.com.ve/edicion_especial/pedroemiliocarrillo.php Miliani no pudo seguir la carrera de medicina porque carecía de recursos económicos. "Éramos pobres, pues" expresa para de seguidas añadir que fue ésta la circunstancia que lo llevó a solicitar una beca para estudiar en la Escuela Naval de Chile. De allí regresó, graduado con honores como Capitán de Fragata e ingeniero en telecomunicaciones, decidido a compartir lo que sabía con sus paisanos.
Sin embargo, no fue en la marina donde se le despertó a este hombre el interés por las comunicaciones. “Ya de pequeño jurungaba los radios y cuando me fui a Trujillo a cursar el bachillerato armé uno para comunicarme con Boconó”. Capitán, piloto, radioaficionado y viajero impenitente –le ha dado la vuelta al mundo en más de una oportunidad– Miliani lo dice con la pasión de quien lo ha vivido para enseñarlo: lo más hermoso de la vida es la comunicación.
[Tomado de: Por Encimita, viaje a algunas escuelas de Trujillo, libro que recoge estampas variadas de un recorrido pedagógico que realizamos con nuestros alumnos de comunicación educativa en el año 2004. La publicamos ahora para sumarnos a la celebración de los 30 años de Teleboconó.]
25 de febrero de 2009
Y usted, ¿qué diría? ¡SOS!
Esta noche hay reunión de condominio y el suceso promete. En el transcurso de la mañana me llamaron todos los vecinos para exponer sus razones y causas. Por lo que veo, mi opinión es decisiva. La penútlima sesión, solicitada por la señora del 0A, tuvo magra asistencia. Apenas atendieron la convocatoria cuatro de los seis copropietarios. Por mayoría, sin embargo, se decidió apoyar su moción y “salir” de los gatos. Es decir, de la gata con sus cuatro cachorros de tres meses de nacidos, una familia que vaga por los tres pisos del edificio, consigue puntual alimento en el rellano del último (justamente el que habitan los dos vecinos que no asistieron) y hace “sus necesidades” en el patiecito de los de la planta baja. Aunque el acuerdo se produjo, finalmente el asunto no quedó claro porque -ajá- ¿quién se encargará de eso? Uno de los asistentes opinó que se debía buscar un veterinario para dormirlos, pero otro se opuso con el argumento de que no pagaría por deshacerse de unos animales que no eran suyos ni de nadie. "Ni el condominio debe pagar", sentenció. Que los saquen "ellos". En tono de chiste, la representante del 1A asomó que era mejor envenenarlos. Nadie, afortunadamente, se rió y yo me pregunté en silencio si se estaría refiriendo a los gatos. Lo cierto es que como la reunión ya iba para largo, nos despedimos apurados, con sueño y sin definiciones. Pasados unos días el chamo del 0B, azuzado por su madre y acompañado por una tropa de escolares como él, intentó agarrar y repartirse la camada, pero la extenuante sesión los dejó a todos arañados y sin mascota Así, sin otras iniciativas, fueron transcurrieron las semanas…hasta que la doña del 2A, que además preside la junta condominio, convocó a una sesión con carácter de urgencia porque los dos apartamentos del último piso sufren una grave filtración. A ésta, nuevamente, sólo acudimos cuatro personas e igualmente decidimos por mayoría. Hay que impermeabilizar. Se pidieron presupuestos, se aprobó el más razonable, se repartió la cochina y se exhortó a depositar la cuota antes del viernes porque el lunes empiezan los trabajos. Ahora, los de planta baja se niegan a pagar. No darán ni medio hasta que no salgan los gatos. Para usar un término acorde con los tiempos que corren: ¡estamos polarizados! Esta noche se discute el caso y la vecina del 1A me llamó muy temprano para decirme que, como ella no quiere problemas con nadie, o no asiste o se abstiene de tomar posición. En pocas palabras, me echó el carro. Mientras pienso en cómo afrontar esta batalla sin terminar convertida en víctima -o en victimario- leo este poema de Rafael Arráiz Lucca:
Junta de Condominio
Como en el foro romano en estas reuniones
hay bostezos y diálogos con el vecino
largas intervenciones sobre nudos domésticos.
Como en cualquier ejercicio de la democracia
en estas reuniones se requiere de paciencia:
pormenorizadas historias
sobre la conducta impropia del conserje,
alegatos a favor de un techo para los automóviles,
imposición de horarios al pianista del 4-A,
urgencia de rejas y alarmas en la planta baja,
indicaciones sobre la colocación de la basura
y otras razones de estado que llevan
varias horas de voces y votos para sancionarse.
Como en cualquier congreso, en estas reuniones
las señoras cuidan de sus uñas y buscan
junto a sus maridos al culpable:
es sabido que las comunidades
viven de sus víctimas.
Junta de Condominio
Como en el foro romano en estas reuniones
hay bostezos y diálogos con el vecino
largas intervenciones sobre nudos domésticos.
Como en cualquier ejercicio de la democracia
en estas reuniones se requiere de paciencia:
pormenorizadas historias
sobre la conducta impropia del conserje,
alegatos a favor de un techo para los automóviles,
imposición de horarios al pianista del 4-A,
urgencia de rejas y alarmas en la planta baja,
indicaciones sobre la colocación de la basura
y otras razones de estado que llevan
varias horas de voces y votos para sancionarse.
Como en cualquier congreso, en estas reuniones
las señoras cuidan de sus uñas y buscan
junto a sus maridos al culpable:
es sabido que las comunidades
viven de sus víctimas.
20 de febrero de 2009
Mérida y Carabobo: ¡vaya lecturas!
Lo escribí el mismo 16, apenas saberse los números del referendo. Si algún resultado lució particularmente atípico (junto con el de Carabobo) fue el de Mérida, el único estado gobernado por el chavismo donde se impuso el NO. ¿Razones? Seguramente habrá alguien capaz de analizar este hecho mejor que quien suscribe, pero me temo que ese no es William Dávila, candidato derrotado en las últimas elecciones regionales. A mi modo de ver, a la pregunta ¿Por qué ganó el NO? habría que añadirle ¿Por qué no se ganó esa gobernación? En unas declaraciones aparecidas en el diario EL Nacional de hoy el señor Dávila, pletórico de orgullo andino, apunta que luego de las victorias en Táchira y Mérida, vendrán al rescate de Trujillo. ¿Al rescate? ¿Quiénes? Mamma mia. Por si fuera poco, la nota aparece amorochadita con otra en la que Henrique Salas Römer pone en duda los números de Carabobo donde, a pesar de que gobierna el así calificado pollito, holgadamente ganó el Sí. "Para que nos reconozcan el triunfo hay que ganar por knock out", es el llamado que hace a quienes aún tienen fresca en la memoria su prédica abstencionista. Ah mundo, rigorito.
16 de febrero de 2009
Contento y responsabilidad
La consulta acerca de la enmienda, aunque importante -quién puede dudarlo- resulta irrelevante en relación con lo que viene revelándose en el país: El desgaste, si bien no acelerado, sí bastante evidente del respaldo popular a un gobierno de perfil totalitario, y -podría interpretarse así- el progresivo fortalecimiento de la oposición. Pero ¿es esto último totalmente cierto? Aún es pronto incluso para pensar en voz alta, pero los números de algunos estados como Carabobo y Mérida, por ejemplo, llaman la atención.
Mientras se afinan las cifras y los análisis, nos arriesgamos nuevamente a sostener, como lo hicimos días atrás, que lo que vemos emerger es un centro político ansioso por contar con referentes alternos a los hegemónicos y que allí coincidimos una buena parte de venezolanos no alineados. Ni "la oposición" es una, ni "el chavismo" tampoco. ¿Qué sustancia nos une en esa "frontera fractal" aún indefinida que sentimos compartir?
Algo notorio anoche, tanto en "el balcón" como en "la tarima" fue tanto la presencia/ausencia de algunos personajes emblemáticos de ambos sectores, como la irrupción de otros voceros con discursos más porosos. ¿Estará alguien tomando debida nota? Es temprano, repito, pero no para alegrarse. Nunca había visto tantos ciudadanos movilizados, ni tantos chamos preguntándose cosas, expresándose, preocupados por el futuro de un país que les es propio. ¿Parece poco? ¡Para nada! Es mucho el contento que sentimos y también la responsabilidad.
12 de febrero de 2009
Sobre los Ni Ni, el 15F y más allá...
Como impreciso y/o parcialmente falso podría tildarse el rótulo político de moda -Ni-Ni- el cual, según analistas y encuestadoras, distingue a una importante porción de venezolanos que en momentos electorales clave como el que se avecina el 15F, de opciones dicotómicas (Sí/No), podría inclinar la balanza hacia alguno de los lados en confrontación. Independientemente de lo apropiado que resulte el adjetivo, lo cierto es que esa franja de venezolanos ha ido haciéndose visible paulatinamente, gracias a la estrategia polarizadora del gobierno.
Sobre este conglomerado, también descrito como independiente o no alineado, se acaba de publicar una interesante taxonomía con la cual se pretende describir sus particularidades y complejidad. (1) De acuerdo con ésta, el llamado Ninismo estaría conformado por seis estratos muy bien diferenciados. Dos de ellos, el prochavista y el chavista descontento, lo integrarían ciudadanos afines al llamado “proceso bolivariano”, pero que no siempre votan por las opciones del gobierno. Entre ellos, sin embargo, existe una sutil diferencia. Mientras que el prochavista siempre rechaza las opciones opositoras, el descontento puede apoyarlas o no, dependiendo de lo que se le proponga o esté en juego.
Otros tres sectores representarían opciones adversas al proyecto político del gobierno, con gradaciones que van desde el antichavista clásico, pasando por el romántico, hasta llegar al descontento. Aunque los tres coincidan en votar en contra del gobierno y en diferenciarse de la oposición tradicional, se distinguen entre ellos por sus motivaciones y/o conducta. El romántico por lo general proviene de sectores progresistas, y se siente estafado por un gobierno que se vale de esa franquicia para promover un proyecto personal. El descontento, por su parte, emergió en el año 2002 para desligarse de la hegemonía opositora.
Sobre este conglomerado, también descrito como independiente o no alineado, se acaba de publicar una interesante taxonomía con la cual se pretende describir sus particularidades y complejidad. (1) De acuerdo con ésta, el llamado Ninismo estaría conformado por seis estratos muy bien diferenciados. Dos de ellos, el prochavista y el chavista descontento, lo integrarían ciudadanos afines al llamado “proceso bolivariano”, pero que no siempre votan por las opciones del gobierno. Entre ellos, sin embargo, existe una sutil diferencia. Mientras que el prochavista siempre rechaza las opciones opositoras, el descontento puede apoyarlas o no, dependiendo de lo que se le proponga o esté en juego.
Otros tres sectores representarían opciones adversas al proyecto político del gobierno, con gradaciones que van desde el antichavista clásico, pasando por el romántico, hasta llegar al descontento. Aunque los tres coincidan en votar en contra del gobierno y en diferenciarse de la oposición tradicional, se distinguen entre ellos por sus motivaciones y/o conducta. El romántico por lo general proviene de sectores progresistas, y se siente estafado por un gobierno que se vale de esa franquicia para promover un proyecto personal. El descontento, por su parte, emergió en el año 2002 para desligarse de la hegemonía opositora.
Concluye la caracterización con el perfil de un último grupo, catalogado como puro, que se diferencia de los otros dos bloques porque muestra una profunda insatisfacción por el sistema, indiferencia acerca de la política en general y no acude a votar. Quizá sea este, en esencia, el verdadero Ni Ni.
Aunque no coincidimos con lo que se afirma en el referido reportaje: “entre 45% y 55% de la población sigue sin identificarse con el chavismo o con la oposición”, la taxonomía, aunque reductora como cualquier otra, nos resulta paradójicamente útil para rebatir justamente esa especie, bastante extendida por cierto, de que el Ni Ni es un ciudadano ajeno a la política, de espaldas a las opciones en conflicto. Como quedó de relieve en el análisis comentado, sólo los llamados “puros” manifestarían indiferencia al respecto.
En nuestra opinión, el mote -usado para alegar que este conjunto de ciudadanos no favorece a ninguno de los dos sectores- resulta si bien no totalmente falso, definitivamente impreciso o de escasas virtudes explicativas. Porque una cosa es no ser afín o distanciarse estratégicamente de las tendencias hegemónicas en disputa y otra, muy distinta, carecer de juicio político y/o estar dispuesto a dar cheques en blanco cuando se trata de elegir entre alternativas que expresan valores o principios fundamentales, como los que se ponen en juego en un referendo.
Creemos que ello quedó demostrado el 2D, fecha en la que el Presidente sufrió su primer gran revés electoral. La emergencia de una conducta política que podría ser interpretada como crítica o independiente (en esta iniciativa no te acompaño) decidió la consulta. Aunque aún el CNE le deba al país las cifras totales, lo cierto es que al saberse los resultados, y mucho más ahora durante la campaña por la enmienda, Hugo Chávez ha manifestado reiteradamente su preocupación -y hasta desconcierto- por la desaparición de alrededor de tres millones de votos (entre las presidenciales del 2006 y el referendo por la reforma) que, es lógico suponer, se encontrarían entre los dos primeros estratos que hemos referido: los prochavistas y los chavistas descontentos.
En esa oportunidad, la votación a favor de la oposición, si bien registró un leve crecimiento, puede decirse que se mantuvo prácticamente en sus números históricos. Como advirtiera José Virtuoso, vocero de la ONG Ojo Electoral, el triunfo opositor del 2D no se debió al fortalecimiento de esta opción, sino a la disminución de aquella proclive al gobierno. ¿Se mantendrá esta tendencia el 15F?
Nuevamente estamos frente a una elección de carácter dicotómico. Esta vez, aunque se pudiera argüir que el objetivo principal del referendo es abrir la compuerta a la reelección indefinida del Jefe del Estado, en nuestro criterio no es así. La pregunta, particularmente enrevesada, no refiere a unos particulares de carne y hueso, sean éstos presidentes, gobernadores, alcaldes o diputados, ni tampoco a la ampliación de los derechos políticos de los ciudadanos. La consulta se relaciona con principios y valores, entre los que destacan ni más ni menos que el respeto a la Constitución, la Legalidad y el Estado de Derecho.
Un analista señaló meses atrás que el presidente Chávez había comenzado a gobernar al son de las encuestas. Sus recientes declaraciones, llamando a capítulo al colectivo La Piedrita, abonan a esta tesis. Una campaña que se inició con una fuerte impronta de represión y violencia (el ventajismo es una forma de ella), que afortunadamente no tuvo similar respuesta en los sectores de oposición, deriva hacia un inesperado y tardío exhorto a “amarrar a los locos”, en este caso unos que se han metido dentro de sus propios zapatos.
¿Habrá entendido el Presidente que los venezolanos queremos paz y tranquilidad? ¿Estará dispuesto a dialogar, a rectificar, a aupar la convivencia pacífica y democrática? Lamentablemente, no creemos que así sea. Más bien tendemos a pensar que el llamado de atención al grupo de choque obedece a un mero pragmatismo político, pues ya es más que notorio que la mayor parte de la ciudadanía rechaza la violencia, venga de donde venga. Por otro lado, poca confianza se puede tener en las palabras y en los gestos de aquel que con tanta facilidad, y de acuerdo con las circunstancias, un día abraza como hermano del alma a quien el día anterior tasaba como triste peón del imperio.
En todo caso, e independientemente de los resultados que arroje la consulta del 15F, lo que va quedando de bulto es que existe un centro político ansioso de contar con otros referentes. Más allá de los extremos y fuera de los márgenes, o dentro de ellos y a la vera de ya no tan nuevos liderazgos, se hace cada vez más visible una amplia y densa franja de venezolanos deseosos de convivir pacíficamente y de disfrutar de las garantías de un sistema verdaderamente democrático en términos de equidad, derecho y justicia social.
¿Qué partido, qué figura política llenará esas aspiraciones en un futuro próximo? Según un reciente estudio de Hinterlaces lo hará el que se enfoque en conocer -y resolver- los problemas de las comunidades y evada la diatriba gobierno-oposición, tendencia que es posible comenzar a observar en el municipio Sucre, por ejemplo, donde el discurso y las acciones de un joven político de oposición comienzan a marcar diferencias; igualmente válido, en esa dirección, sería mencionar el estado Lara donde un líder emergente, en este caso identificado con el chavismo, ha construido una referencia singular.
En todo caso, 14 años parecen ya más que suficientes para poner coto a una época borrascosa que si algún saldo positivo puede dejar es la clara conciencia de que no se deben cometer los mismos errores del pasado. Y el presente ya es pasado. Ello es posible advertirlo en la irrupción de una juventud sanamente politizada y en la madurez de unos ciudadanos que han venido haciéndose cada vez más conscientes de sus derechos y de sus deberes, entre los que se cuenta como uno muy importante la participación.
Aunque carezcamos de "indicadores científicamente comprobables", nos atrevemos a afirmar que un espíritu auspicioso se advierte en el aire. Se percibe en las calles, en las comunidades populares y en las urbanizaciones. Pero sobre todo se siente en la red, ese nuevo espacio para la conversación y la coordinación de acciones cuya vitalidad y potencial apenas se comienza a entrever. En un grupo de Facebook acabo de leer: ¿Ni Ni yo? No, no… ¿Y tú?
(1) Liza López, El Nacional, 01-02-09 p-6. Ningún líder ha logrado conquistar a la mitad de los venezolanos.
Diario de Los Andes, 11-02-09 p. 07
Aunque no coincidimos con lo que se afirma en el referido reportaje: “entre 45% y 55% de la población sigue sin identificarse con el chavismo o con la oposición”, la taxonomía, aunque reductora como cualquier otra, nos resulta paradójicamente útil para rebatir justamente esa especie, bastante extendida por cierto, de que el Ni Ni es un ciudadano ajeno a la política, de espaldas a las opciones en conflicto. Como quedó de relieve en el análisis comentado, sólo los llamados “puros” manifestarían indiferencia al respecto.
En nuestra opinión, el mote -usado para alegar que este conjunto de ciudadanos no favorece a ninguno de los dos sectores- resulta si bien no totalmente falso, definitivamente impreciso o de escasas virtudes explicativas. Porque una cosa es no ser afín o distanciarse estratégicamente de las tendencias hegemónicas en disputa y otra, muy distinta, carecer de juicio político y/o estar dispuesto a dar cheques en blanco cuando se trata de elegir entre alternativas que expresan valores o principios fundamentales, como los que se ponen en juego en un referendo.
Creemos que ello quedó demostrado el 2D, fecha en la que el Presidente sufrió su primer gran revés electoral. La emergencia de una conducta política que podría ser interpretada como crítica o independiente (en esta iniciativa no te acompaño) decidió la consulta. Aunque aún el CNE le deba al país las cifras totales, lo cierto es que al saberse los resultados, y mucho más ahora durante la campaña por la enmienda, Hugo Chávez ha manifestado reiteradamente su preocupación -y hasta desconcierto- por la desaparición de alrededor de tres millones de votos (entre las presidenciales del 2006 y el referendo por la reforma) que, es lógico suponer, se encontrarían entre los dos primeros estratos que hemos referido: los prochavistas y los chavistas descontentos.
En esa oportunidad, la votación a favor de la oposición, si bien registró un leve crecimiento, puede decirse que se mantuvo prácticamente en sus números históricos. Como advirtiera José Virtuoso, vocero de la ONG Ojo Electoral, el triunfo opositor del 2D no se debió al fortalecimiento de esta opción, sino a la disminución de aquella proclive al gobierno. ¿Se mantendrá esta tendencia el 15F?
Nuevamente estamos frente a una elección de carácter dicotómico. Esta vez, aunque se pudiera argüir que el objetivo principal del referendo es abrir la compuerta a la reelección indefinida del Jefe del Estado, en nuestro criterio no es así. La pregunta, particularmente enrevesada, no refiere a unos particulares de carne y hueso, sean éstos presidentes, gobernadores, alcaldes o diputados, ni tampoco a la ampliación de los derechos políticos de los ciudadanos. La consulta se relaciona con principios y valores, entre los que destacan ni más ni menos que el respeto a la Constitución, la Legalidad y el Estado de Derecho.
Un analista señaló meses atrás que el presidente Chávez había comenzado a gobernar al son de las encuestas. Sus recientes declaraciones, llamando a capítulo al colectivo La Piedrita, abonan a esta tesis. Una campaña que se inició con una fuerte impronta de represión y violencia (el ventajismo es una forma de ella), que afortunadamente no tuvo similar respuesta en los sectores de oposición, deriva hacia un inesperado y tardío exhorto a “amarrar a los locos”, en este caso unos que se han metido dentro de sus propios zapatos.
¿Habrá entendido el Presidente que los venezolanos queremos paz y tranquilidad? ¿Estará dispuesto a dialogar, a rectificar, a aupar la convivencia pacífica y democrática? Lamentablemente, no creemos que así sea. Más bien tendemos a pensar que el llamado de atención al grupo de choque obedece a un mero pragmatismo político, pues ya es más que notorio que la mayor parte de la ciudadanía rechaza la violencia, venga de donde venga. Por otro lado, poca confianza se puede tener en las palabras y en los gestos de aquel que con tanta facilidad, y de acuerdo con las circunstancias, un día abraza como hermano del alma a quien el día anterior tasaba como triste peón del imperio.
En todo caso, e independientemente de los resultados que arroje la consulta del 15F, lo que va quedando de bulto es que existe un centro político ansioso de contar con otros referentes. Más allá de los extremos y fuera de los márgenes, o dentro de ellos y a la vera de ya no tan nuevos liderazgos, se hace cada vez más visible una amplia y densa franja de venezolanos deseosos de convivir pacíficamente y de disfrutar de las garantías de un sistema verdaderamente democrático en términos de equidad, derecho y justicia social.
¿Qué partido, qué figura política llenará esas aspiraciones en un futuro próximo? Según un reciente estudio de Hinterlaces lo hará el que se enfoque en conocer -y resolver- los problemas de las comunidades y evada la diatriba gobierno-oposición, tendencia que es posible comenzar a observar en el municipio Sucre, por ejemplo, donde el discurso y las acciones de un joven político de oposición comienzan a marcar diferencias; igualmente válido, en esa dirección, sería mencionar el estado Lara donde un líder emergente, en este caso identificado con el chavismo, ha construido una referencia singular.
En todo caso, 14 años parecen ya más que suficientes para poner coto a una época borrascosa que si algún saldo positivo puede dejar es la clara conciencia de que no se deben cometer los mismos errores del pasado. Y el presente ya es pasado. Ello es posible advertirlo en la irrupción de una juventud sanamente politizada y en la madurez de unos ciudadanos que han venido haciéndose cada vez más conscientes de sus derechos y de sus deberes, entre los que se cuenta como uno muy importante la participación.
Aunque carezcamos de "indicadores científicamente comprobables", nos atrevemos a afirmar que un espíritu auspicioso se advierte en el aire. Se percibe en las calles, en las comunidades populares y en las urbanizaciones. Pero sobre todo se siente en la red, ese nuevo espacio para la conversación y la coordinación de acciones cuya vitalidad y potencial apenas se comienza a entrever. En un grupo de Facebook acabo de leer: ¿Ni Ni yo? No, no… ¿Y tú?
(1) Liza López, El Nacional, 01-02-09 p-6. Ningún líder ha logrado conquistar a la mitad de los venezolanos.
Diario de Los Andes, 11-02-09 p. 07
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