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25 de agosto de 2008
De los morrocoyes y el 40% de ni ni
Ayer domingo nos dimos cuenta. Y de qué forma. El sábado tuvimos que cortar el limonero, el único arbolito que nos quedaba en el solar, porque ni modo, hay que poner un tanque de agua. Ya no basta conque el horizonte se nos haya convertido en un cielo un tanto surreal, hinchado de bolitas azules, sino que los depósitos "invaciables" que dicen construir en los edificios nuevos, tampoco se dan abasto de tanta escasez en el Municipio. Por eso al fin descubrimos el lugar donde habían enterrado los huevos. En el único sitio sombreado de todo el patio. Teníamos meses observando cómo se apareaban y nos preguntábamos dónde diantres los habrían escondido. Desde el primer piso los vimos relucir por la mañana, vacíos, de par en par. Ellos, los morrocoyes, no hacían más que dar vueltas alrededor y a nosotros nos pareció que se les fruncía el tablerito de sus espaldas. Hasta el caparazón, como el ombliguito de Mafalda, exhalaba tristeza. La única vecina que a esas horas ya se había despertado y colaba el café como nosotros, mirando por la ventana de la cocina, se hizo cómplice de nuestras conversaciones familiares, que tenían el tono alto de la sorpresa. "Yo bajé ayer al atardecer a recoger los limones que quedaron en las ramas y vi los huevos, pero estaban enteritos. Debe ser que anoche los desenterró la gata, la vi salir de allí esta mañana cuando...(adelgazó la voz).... la señora M bajó como siempre, antes de que amanezca y uno se dé cuenta, a ponerle su taza de leche". Lo que faltaba, pensé, que no se vayan a enterar los del 2-A, que son los dueños de los morrocoyes, que la gata se comió los huevos. Ya bastantes pleitos hemos tenido que soportar entre ellos en las juntas de condominio. Que si en los espacios comunes no se pueden tener mascotas "privadas", que los morrocoyes no molestan, que en cambio la gata es gata y atrae a los gatos que no dejan dormir a nadie. Mejor, le digo a la vecina, que ni se den cuenta. Hagámonos los locos. Total, sea como sea, ya no tendrán morrocoyitos. A menos de que, descubierto el secreto, nos ingeniemos una sombrita para el próximo apareo... No sé por qué acabo de recordar esto ahora mismo, al leer la reseña del Aló del domingo donde el Presidente habla de un 40% de bolivarianos, un 20% de opositores y un 40% de "inclasificables" que "hay que hacer amigos de la revolución". Sobre la "auto"denominación de estos codiciados amigos, es curiosa la variedad que se consigue en un breve repaso por los perfiles que se muestran en Facebook. En el renglón ideología política encontramos desde el clásico Ni ni o "de centro", hasta ya ni sé, más bien como hartico, izquierda rosa, chavista en remojo, hasta los tequeteques, ñángara light e, incluso, un indescifrable fo.co.go.chi. Yo no sabía qué cartelito alzar o más bien no quería enarbolar bandera alguna, pero por hoy, sólo por hoy, he escrito: morrocoya. (Despacio, que hay prisa, y nos están velando los huevos).
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